El alfajor de queso y membrillo de Pacheco, el mejor de la provincia
Mirta Figueroa (63) cocinó una masa de queso y relleno de dulce, con un glaseado de limón, y obtuvo una distinción en un reconocido festival.
Cuenta la leyenda que el origen del postre conocido como vigilante adopta este nombre porque en el año 1920 era consumido por policías de una comisaría cercana a una fonda en el barrio porteño de Palermo. Lo elegían porque luego del almuerzo y sin necesidad de cubiertos, era fácil y rápido de comer mientras realizaban los patrullajes a pie, comunes en la época.
Su presentación es simple: una porción en barra de queso fresco y una de dulce firme, que puede ser membrillo o batata. Van apiladas sin importar el orden. La combinación se expandió y hoy es un clásico en todas las mesas del país, ya sea como postre o tentempié.
Un día Mirta Figueroa (63) disfrutaba de este manjar cuando se le ocurrió la receta que la llevaría a ganar un premio tras otro: crear un alfajor sabor al postre vigilante. ¿Por qué no unir dos clásicos argentinos? Pensó la mujer, que tiene su propia marca artesanal de alfajores.
Hace dos años que Mirta se jubiló y desde entonces dedica todo su tiempo a “Mir Alfajores” (@miralfajores), su emprendimiento repostero que crece exponencialmente debido a la curiosidad y creatividad de la mujer para combinar sabores y crear nuevos alfajores. Actualmente, cuenta con 15 variedades, que presenta y vende en festivales, eventos y todos los domingos en “Mercadito al Río”, la feria de emprendedores locales que se despliega sobre el Paseo Victorica, frente al delta de Tigre.
Su lema lo afirma: “Todo lo veo, imagino cómo convertirlo en alfajor”. Y así fue. Luego de un año de *
intentos y asesorías, Mirta dio con la receta definitiva para crear el alfajor de queso y membrillo, homenaje al postre vigilante. Masa de queso, relleno del dulce y glaseado de limón, la fórmula del éxito. “La combinación de lo salado y lo dulce crea una experiencia única y deliciosa", cuenta su creadora.
Mirta nació en la provincia de Tucumán, pero se mudó con su familia cuando ella era chica al partido bonaerense de Tigre. Desde la cocina de su casa en General Pacheco, que hace poco amplió para trabajar más cómoda, salió este curioso alfajor que dejó boquiabiertos a los jueces de dos competen
cias donde Mirta participó, celebrados en el último mes.
El primero fue el concurso nacional “Buscando el mejor alfajor argentino”, organizado por la Asociación de Cocina Regional Argentina y celebrado en San Juan. El alfajor de Mirta se llevó el premio en la categoría “Mejor alfajor de Autor”. Por otro lado en la Fiesta Provincial del Alfajor Artesanal que tuvo lugar en la localidad de Rawson, provincia de Buenos Aires, el alfajor vigilante se llevó el primer puesto.
Mas allá de los logros obtenidos, lo gratificante para Mirta está en la respuesta del público: “Los comentarios de la gente es lo que me llena el alma, para mí vale más lo que digan quienes lo prueban que lo que finalmente decidan los jueces”, cuenta la mujer, y recuerda las reacciones de los visitantes, que le regalaban su aprobación con palabras de aliento y una sonrisa.
Hace 20 años que cocina alfajores, pero su deseo de emprender en la pastelería se vio postergado hasta hace poco, cuando por motivación de sus hijos tomó la decisión. El menor, Alejo Verón, la ayuda con las redes sociales, mientras
Ahora, la cocinera busca crear su versión del alfajor tucumano.
que los días de feria, su marido la acompaña en el puesto durante toda la jornada.
Los alfajores que prepara Mirta son 100% artesanales. La producción por mes ronda las 4000 unidades, y los vende a pedido, por Internet, en la feria o eventos. El alfajor de queso y dulce tiene la particularidad de conservarse por 15 días, porque debido a sus ingredientes es fresco.
Las variedades que ofrece Mir Alfajores varían según la temporada del año, pero tiene su linea fija compuesta por: marplatense, santafesino, membrillo, maicena y marplatense glaseado. En la línea premium se encuentran los sabores de coco, marroc, nuez, maní, chocolate y cítricos, mousse de chocolate, maracuyá, fernet, malbec, frambuesas y la nueva estrella, queso y dulce.
Mirta cuenta ahora trabaja en la receta definitiva para crear su versión del alfajor tucumano, para hacerle honor a la tierra en la que nació. “Quiero que me queden igual de ricos a los que comía yo, son mis favoritos”, cierra la pastelera ganadora.