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ALEJANDRO FÉRAUD ESTÁ DE FESTEJO. Alo’s cumple 10 años y el chef lo celebra a todo trapo con colegas invitados que vienen de toda América Latina. Esta vez el convite fue para Pablo Bonilla, amo y señor de Sikwa, el restaurante donde refleja un trabajo de investigación minucioso sobre la cultura gastronómica de Costa Rica, su país. La dupla organizó un pop up en Buenos Aires y después viajó a Mendoza para ofrecer un almuerzo en Piedra Infinita, el proyecto de Sebastián Zuccardi. En esa bodega que se descubre en Valle de Uco, Zuccardi elabora vinos de alta gama y de otro mundo “tienen la electricidad que da la amplitud térmica y la intensidad de la luz”, dice este joven que pertenece a la generación de enólogos que cambió la mirada sobre el vino en Argentina. Inspirado por ese paisaje de viñas que se funden con los Andes, Féraud quiso plegarse a la tradición del asado de esta familia: “preparé chinchulines de cordero con olivas y pan criollo, mollejas y ensaladilla y como en Mendoza el tomate es rey, propuse un plato que lo tiene como protagonista, asociado a sandías y ajo blanco. También trajimos con mi equipo nuestro cordero, lo cocinamos con uvas, envuelto en hojas de parra con pecorino y berenjena.” Por su parte, Bonilla se lució con una empanada de maíz morado y plátano verde rellena de gallina achiotada, salsa de vegetales tatemados y encurtido de vegetales; rabo de res con flores de Itabo, entre otras delicias que se acompañaron con grandes etiquetas de Zuccardi. El postre –polenta blanca, miel, tomillo y frutas de Altamira– corrió por cuenta de Emiliano Gasque, el chef de Piedra Infinita. Hubo bombones de Las Romeas elaborados con cacao costarricense. Broche dulce de esta fiesta latinoamericana organizada por Julia Zuccardi, responsable del Área de Turismo de la familia.