Perfil (Domingo)

Es difícil ser feliz

- MARIANO OROPEZA

Autora: Camucha Escobar Género: novela

Otras obras de la autora: La loba; Lo que la sangre oculta; Nuestro oscuro pasado; El infierno en tu piel; Tierra en sombras Editorial: El Ateneo, $ 20.490

Una altiva y desafiante actriz Ana María Lynch, en la piel de La Quintrala, la magnífica película de Hugo del Carril de 1955, escupe al amante que “su ley, no es la ley de mundo”, en un remedo de las frases que Benjamín Vicuña Mackenna haría pasar por verosímile­s en un folletín decimonóni­co. Y que se trastocaro­n la historia oficial en Chile de Catalina de los Ríos y Lisperguer, una mujer de la Colonia que representó el cuco para generacion­es de guaguas. Camucha Escobar cruza esta leyenda transandin­a, con un capítulo argentino, en la novela La memoria del mal, e invoca leyes de otros espacios y tiempos, de cuando “la luna oscurece al sol”. Un interminab­le peñasco que abismarán los ojos de Irene, a la hora de la caída y el renacer, “perversos y llenos de fuego infernal”.

Basada en un personaje real. Y ese personaje es la mujer del siglo XVII que hace décadas divide aguas en Chile, la bruja o la amazona, Doña Catalina o La Quintrala. Para unos, la émula de la condesa sangrienta Erzsébet Báthory, que también se ensañaba con la servidumbr­e en la Hungría del siglo anterior, además de símbolo de la opresión. Para otros, una feminista sui generis, lapidada por la sociedad patriarcal por su condición de rica terratenie­nte, mestiza e independie­nte, y que, navegando en la marea verde millennial, ahora tiene barrios, celebracio­nes, paseos y monumentos. La argentina escritora de best-seller románticos, que recorren el cruce de siglos XIX y XX en Latinoamér­ica, con un estilo que define quirogaean­o, “de amor, de locura y de muerte”, no se priva de la alta codificaci­ón del género, que requiere una completa devoción a las huellas iniciadas, tan añoradas, de Jane Austen y Emily Brontë. “Nadie me entendió antes, cómo tampoco me entienden ahora. Estoy condenada a vagar sin compañía por estos mundos. Me voy a vengar de todos aquellos que intentaron dañarme, como pude vengarme en el pasado. Nadie ofende a la Quintrala y sale inmune”, amenaza Catalina, uno de los misterios y secretos que resolverá a lo Indiana Jones, con rel icarios mágic o s , zombis, catacumbas y naz is , todos en el combo, la narradora de Escobar, la buena de Luisa.

A p ro - pósito, “la conde sa sangrienta”, la aparente par ienta de la Catalina de La memoria del mal, mereció dos celebrados libros, mezcla de rigurosa investigac­ión e imaginació­n surrealist­a, en Francia y Argentina. Uno, en realidad, derivación afiebrada del otro. Alejandra Pizarnik recuperaba los escritos de Valentine Penrose en 1966 sobre Erzsébet, e incluía gemas adelanto de su salto, deseado, a la prosa, “La sangre manaba como un géiser y el vestido blanco de la dama nocturna se volvía rojo. Y tanto, que debía ir a su aposento y cambiarlo por otro (¿en qué pensaría durante esa breve interrupci­ón?)”, cuestionab­a la poeta que arremetía, viajera, entre las sesiones de poder, muerte y sexo de la sanguinari­a y todopodero­sa Báthory. Camucha transcribe diarios de Catalina, a lo largo de centurias, y pretende responder. Algo que Pizarnik ya sabía, “la libertad absoluta de la criatura humana es horrible”.

La argentina escritora de best-seller románticos, que recorren el cruce de siglos XIX y XX en Latinoamér­ica, con un estilo que define quirogaean­o, no se priva de la alta codificaci­ón del género

 ?? CEDOC PERFIL ??
CEDOC PERFIL
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina