Las protestas de agricultores de la UE, telón de fondo de la visita
Es muy probable que las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea sean uno de los temas que se cuelen, quizá de manera indirecta, en las conversaciones que el presidente Javier Milei mantendrá aquí tras su llegada ayer a Italia
Desde hace días las protestas de los agricultores y los ganaderos de la Península tienen amplio espacio en los medios. Y lo mismo ocurre en muchas de las otras naciones de la UE, por ejemplo Francia, España o Bélgica, donde esas protestas, a menudo acompañadas por bloqueos de las calles, están a la orden del día.
En la mira de las movilizaciones están la Comisión Europea de Bruselas y su política agrícola, la muy discutida PAC. Lo que pide el sector es una serie de correcciones impulsadas por esa comisión: por ejemplo, la reducción del uso de los controvertidos pesticidas y de los espacios destinados a la agricultura “bio” de una parte importante de los cultivos.
Muchos gobernantes europeos consideran que las exigencias planteadas en defensa del medioambiente pueden esperar frente a los reclamos de los agricultores, que según destacan no logran cubrir sus costos de producción a raíz, por ejemplo, de los precios del gasoil y de los fertilizantes. El sector agrícola absorbe una montaña de dinero y subsidios: casi un tercio de todo el presupuesto comunitario UE.
En la mira de las protestas, definidas por algunos medios como “revueltas”, se encuentran también las negociaciones entre la UE y el Mercosur, que apuntan a cerrar de una vez un acuerdo de libre comercio.
Europa considera que una firma definitiva Mercosur-ue sería un duro golpe para los productos del bloque, que quedarían en desventaja frente a los países del Mercosur, cuyos estándares para la producción agrícola –sostienen– son muy inferiores y laxos en relación con los que se aplican en el sector del Viejo Continente. Frente a datos como estos –añaden– la competencia sudamericana es imparable en sectores como la leche, la carne o los cereales.
Por días se habló de una gran manifestación estilo “tractorazo” en Roma, hecho que finalmente no tuvo lugar, ya que hasta el centro de la capital –Coliseo y alrededores– ayer solo marcharon a nivel simbólico cuatro tractores de un grupo de manifestantes llamado Rescate Agrícola. Las protestas del campo están focalizadas en el barrio del Nomentano: allí se fueron concentrando a lo largo de la semana decenas y decenas de tractores provenientes de todas las regiones de la Península, desde la norteña Lombardía hasta la isla de Sicilia. El viernes por la noche, unos 200 tractores recorrieron el llamado GRA, el anillo de carreteras que circunda la capital.
Italia es un país de larga tradición agrícola, sector de donde provenían a su vez las históricas corrientes migratorias a la Argentina y que fue clave para la economía italiana hasta principios de los años 60. Por lo general, las protestas tienen el respaldo y la simpatía de los italianos, que no han olvidado ese pasado no tan lejano, y a menudo familiar, de los “agricoltori”. Algo atávico que perdura.
El sector sigue siendo fundamental: Italia cuenta hoy día con una agroindustria de avanzada en los diferentes rubros del sector, en primer lugar en el frente de las tecnologías.
En un plano más político, influye la cercanía con las elecciones para el Parlamento Europeo del 6 al 9 de junio: el voto “agrícola” pesa. No está el horno para bollos: frente al avance de las protestas, y las presiones de muchos de los gobiernos de la UE, la Comisión Europea dio marcha atrás en algunos puntos y suspendió, por ejemplo, los límites previstos en el frente de los fertilizantes.
De estos temas se hablará en Bruselas el 26 de febrero en el próximo Consejo de la UE. Con toda probabilidad, ese encuentro marcará una enésima postergación del acuerdo con el Mercosur. Las tratativas son tan largas que ya parecen “eternas”: las negociaciones comenzaron en 2000, hace casi un cuarto de siglo. ■
El país cuenta con agroindustria de avanzada, sobre todo en el frente tecnológico