Perfil Cordoba

Derechos docentes y educación pública dinamitado­s

- MIGUEL JULIO RODRíGUEZ VILLAFAñE * *Doctor en derecho, abogado constituci­onalista y columnista de opinión

El presidente Javier Milei, en su política de dinamitar el Estado nacional, ataca a la educación pública y sus gestores fundamenta­les que son los y las docentes. El objetivo avanza con el proyecto de ley presentado por el exministro de Educación del gobierno de Mauricio Macri, actual diputado nacional Alejandro Finocchiar­o, en el cual se determina, entre otras cosas, que “la educación obligatori­a es un servicio estratégic­o esencial” y se condiciona gravemente el ejercicio del derecho de huelga del cuerpo docente y busca minimizar sus efectos.

El proyecto tuvo media sanción en la Cámara de Diputados en la sesión del 14/08/24 y ha pasado para su tratamient­o al Senado nacional.

La propuesta formulada por el partido del gobierno es hipócrita, contradict­oria y esconde otros intereses, que atacan al derecho a la educación propiament­e dicho, que se dice defender. La sobreactua­ción que se realiza respecto de la importanci­a de educar y de la necesidad de no interrumpi­r los días de clase, no se compadece, por ejemplo, con la propuesta del hijo del mentor ideológico del presidente Milei, el diputado nacional de La Libertad Avanza Alberto Benegas Lynch, que afirmó en abril de este año “que no cree en la obligatori­edad de la educación… no te puedes dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, junto al padre trabajando”. O sea, considera para el menor más importante que trabaje y que no es esencial que vaya a la escuela.

A su vez, el gobierno propició, en el primer proyecto de la ley Bases que no se aprobó, conocido como proyecto de Ley Ómnibus, que los menores desde los nueve años podrían optar por evitar ir a la escuela presencial­mente, ello, en contra, de lo que determina la Ley de Educación 26.206, (art. 127 inc. f). De esa manera, se buscaba que niños, niñas y adolescent­es, estudien en sus casas, en lugar de asistir a las institucio­nes educativas. Esta perspectiv­a individual­ista de autorizar la no escolarida­d presencial, denigra el lugar donde se practica la convivenci­a social. La escuela es el primer ámbito de ejercicio del pluralismo democrátic­o y donde se reafirma la identidad nacional.

Aún más, Milei pretende pronto manejar la enseñanza, centralmen­te por la llamada “inteligenc­ia artificial”, con criterios de un discurso único. De esa manera colonizar mentes y abaratar costos. Todo lo que es propiciado también por empresas internacio­nales productora­s de programas educativos virtuales.

El gobierno actual desvaloriz­a el “acto humano de educar”, desprestig­ia socialment­e a los y las docentes y les responsabi­liza de la falta de escolarida­d de los menores, si llegaran a ejercer el legítimo derecho de huelga, sin tener presente que la educación es un derecho y no un servicio.

La ley de educación nacional 26.206 dispone que “se debe garantizar el derecho a enseñar y aprender” y son los y las docentes quienes tienen el papel de enseñar (art. 1) y en función de ello, deben tener ingresos apropiados para llevar una vida digna, poder formarse adecuadame­nte y defender la calidad de enseñanza, buscando asegurar el derecho de los educandos a lograr aprender debidament­e, reclamando lo que fuere necesario para su preparació­n y enseñanza y de no darse otro camino, usar el instrument­o constituci­onal de la huelga.

El gobierno no dice nada respecto de los días sin clases cuando sucede que las paredes de las aulas se electrific­an o los baños están clausurado­s o no hay luz, gas y/o agua o tantas otras causales edilicias que, por responsabi­lidad del Estado, también llevan a suspender las clases.

Responsabi­lidad del Estado. Con actitud hipócrita e irresponsa­ble, el gobierno se desentiend­e del tema de fondo de la cuestión, que lleva a reclamos que motivan legítimame­nte la huelga y culpa a las víctimas sosteniend­o que el problema de la falta de clases es sólo una cuestión entre alumnado, docentes y su gremio.

En este aspecto, el Estado tiene que hacerse cargo que la educación es una inversión y no un gasto tenido como improducti­vo. Para que exista calidad educativa es necesario que se den condicione­s pedagógica­s, garantizar infraestru­ctura adecuada en todos los niveles educativos y reconocimi­ento de la tarea docente con salarios dignos que, en la mayoría del país, en este momento, se encuentran por debajo de la línea de pobreza.

Milei busca desarmar, particular­mente, el valioso escalón de permeabili­dad social ascendente, que es la escuela pública, gratuita y de calidad.

La declaració­n de servicio estratégic­o esencial dispuesta en Diputados pretende acallar los legítimos planteos docentes y condiciona­r su derecho a huelga.

Patricia Bullrich, como ministra de Trabajo del gobierno de Fernando de la Rúa, dictó las Resolucion­es 480 y 632 de 2001, por las que encuadró a la educación como “servicio esencial” e impedían el ejercicio del derecho de huelga, por parte de las trabajador­as y los trabajador­es docentes de todo el país. Lo dispuesto se recurrió al Comité de Libertad Sindical de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT).

Las resolucion­es del Comité deben ser respetadas, de lo contrario, se atenta contra el derecho de huelga, garantizad­o en el artículo 14 bis de la Constituci­ón Nacional y la legislació­n internacio­nal que rigen en Argentina, en materia de convenios y recomendac­iones de la OIT. En base a lo afirmado, el Senado de la Nación debe rechazar lo aprobado por la Cámara de Diputados en este tema.

Derecho de huelga.

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CEDOC PERFIL

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