Ucrania avanza en Kursk, pero Rusia renueva sus ataques
Kiev afirmó haber destruido un segundo puente vital en suelo ruso. El Kremlin volvió a golpear blancos en la zona ocupada del este ucraniano.
La inesperada incursión ucraniana en Kursk, en el sur de la Federación de Rusia, seguía su avance ayer, mientras que las fuerzas del Kremlin no dejaban de atacar en el este ocupado de Ucrania sin que los rusos puedan reivindicar hasta ahora relevantes progresos.
A la mañana, el Estado Mayor de Kiev informó que había logrado destruir un segundo puente estratégico en el territorio ruso. Esa infraestructura es la segunda sobre el río Seim que, según ha trascendido, atacó Ucrania con el objetivo de privar “al enemigo de capacidades logísticas, lo que afecta de modo significativo el curso de las hostilidades”, según explicó ayer Mikola Oleschuk, responsable de la Fuerza Aérea.
Estos éxitos sobre el terreno no evitan que las autoridades de Kiev tengan que tomar medidas de protección civil como las registradas en la región de Sumy, el área ucraniana fronteriza con Rusia y desde donde se han proyectado en su incursión las fuerzas de Kiev.
En Sumy se introdujeron el sábado restricciones de movimiento de veinte kilómetros, mientras se lleva a cabo la evacuación allí de poblaciones situadas a una distancia de entre cinco y diez kilómetros de la línea del frente en Kursk.
Según el último informe del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), institución que sigue y analiza a diario el conflicto, la operación ucraniana en Kursk “ya ha generado presiones operativas y estratégicas en todo el teatro de operaciones sobre las fuerzas rusas, y es probable que las fases posteriores de los combates dentro de Rusia generen aún mayores presiones”.
La incursión, que manifiesta la mayor capacidad de los militares ucranianos de actuar por sorpresa en operaciones en las que Rusia no puede imponerse, ha obligado al Ejército ruso a desplegar hasta once batallones en Kursk, explicó el ISW al aludir a unos recursos bélicos sobre los que se especula iban a servir a Moscú para reforzar las ofensivas en el este de Ucrania.
Precisamente en el este de Ucrania, las fuerzas invasoras no han cesado en sus intentos de avanzar, aunque este domingo el Ejército ucraniano pudo reivindicar el poder repeler con éxito en la región de Donetsk un “ataque masivo”, según los términos del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Kiev.
En dicho ataque, destinado según Ucrania a generar un avance ruso hacia la ciudad de Toretsk, 68 militares quedaron “neutralizados” y diez de los doce vehículos blindados empleados en el ataque de Rusia fueron destruidos en una lucha que tuvo lugar en las poblaciones de Zalizne y Severnie.
Otros ataques en Donetsk son una constante, como los que recogía este domingo la agencia ucraniana ‘Ukrinform’ y según los cuales el sábado murieron dos personas, una en Toretsk y otra en Mirnogrado, al ser golpeadas esas poblaciones por la artillería rusa. La víspera también murió en Mirnogrado otra persona, mientras que otras cuatro resultaron heridas por bombardeos con artillería. Las autoridades ucranianas recuerdan que la región de Donetsk es peligrosa y por eso han llamado a las evacuaciones allí.
La incursión ucraniana en suelo ruso, la primera de una fuerza extranjera que sufre Moscú desde la Segunda Guerra Mundial, se produjo el 6 de agosto cuando las fuerzas de Kiev sorprendieron a sus rivales en la región fronteriza de Kursk. Allí tomaron control, según Kiev, de 82 localidades y 1.150 kilómetros cuadrados de territorio en una incursión que sorprendió a Moscú y que traslada, por primera vez de manera masiva y prolongada, los enfrentamientos al territorio ruso.
En los últimos días el ejército ucraniano consolidó sus posiciones en esta región rusa, avanzando progresivamente “exactamente como lo planeamos” aseguró el presidente Volodimir Zelenski.
Moscú reiteró el domingo estar “repeliendo” los ataques ucranianos gracias al envío de refuerzos y causando bajas significativas a su adversario.