Fabiola se opuso a que la causa pase a la Justicia de San Isidro
A través de su abogada, objetó el pedido que había presentado Fernández. El ex presidente había intentado correr al juez Ercolini del caso de los seguros.
Esta semana será decisiva para saber si la investigación contra Alberto Fernández por los nueve hechos atribuidos en el marco de la violencia de género continuará en Comodoro Py o no. La abogada del ex presidente presentó hace más de una semana un escrito solicitando que el expediente tramite en el juzgado federal de San Isidro que tiene jurisdicción sobre todo lo que transcurre en la quinta de Olivos. Pero la representante legal de Fabiola Yañez, en su carácter de querellante, rechazó el planteo recordando que los hechos de violencia, maltrato, abuso, hostigamiento, y acoso iniciaron en 2016 en Puerto Madero. En los próximos días se espera la respuesta del fiscal Ramiro González para que después, se pronuncie el magistrado.
El caso por presunto maltrato está en manos del juez Julián Ercolini, a quien Alberto Fernández ya intentó correr de la causa por supuesta corrupción en la contratación de seguros para el Estado. Adujo "temor a parcialidad", lo cual fue rechazado. Ahora intenta sacarle la otra investigación.
“Desde fecha incierta, pero desde cuando Yañez comenzó un vínculo de noviazgo con Alberto Fernández, hasta la actualidad, ella sufrió una relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar”, determinó el fiscal.
Sobre esas circunstancias consignadas, expresó que más allá de las calificaciones penales que darán curso a la investigación, los hechos que originan la causa “surgen de un relato que revela un contexto de violencia de género asentado sobre una relación asimétrica y desigual de poder que se ha desarrollado a lo largo del tiempo”.
La violencia expresada y denunciada por la ex primera dama “se vio acrecentada exponencialmente por la elección de Fernández como Presidente de la Nación y el ejercicio del cargo”, detalló el fiscal González. Bajo esa estructura de “asimetría el Señor Alberto Fernández habría -como hipótesis delictivarealizado distintos comportamientos penalmente relevantes”.
Por eso es que la violencia que la fiscalía considera que sufrió Yañez, a lo largo de ocho años en diversas modalidades y circunstancias, califica para un delito mayor que las lesiones leves y lo tomó la Justicia Federal. Detalló nueve hechos atribuidos a Fernández y ubicó el primero de todos en el 2016, cuando la pareja convivía en el departamento de Puerto Madero.
En ese momento, según indica, "Alberto Fernández obligó a Fabiola Yáñez a realizar un aborto, a través de un plan que constituyó destrato, negación de la palabra, hostigamiento y frases como 'hay que resolverlo, tenés que abortar'”.
Este punto de partida para la causa es el que consigna la querella a cargo de la letrada Mariana Gallego al rechazar que el expediente se vaya de Comodoro Py. Recordó en la presentación ante el juzgado que los hechos que ratificó en la audiencia con la fiscalía -violencia, maltrato, abuso, hostigamiento y acoso- comenzaron cuando vivían juntos en el barrio porteño.
Al rechazar que la causa tramite en el juzgado federal de San Isidro, la defensa reiteró que todo comenzó en la Ciudad de Buenos Aires lo que le otorga jurisdicción a Comodoro Py para intervenir-. Pero además, sostuvieron que los hechos de violencia no cesaron, sino que continuaron y se “incrementaron” a lo largo del tiempo, ubicando como sede de los episodios la quinta presidencial de Olivos, pero también que se reiteraron en Capital Federal, en cuanto a los actos de “hostigamiento y amenazas”.
Ante este escenario, la querella entiende que no es un buen criterio particionar la causa y dar intervención a distintos jueces según la jurisdicción donde los hechos ocurrieron, ya que eso atentaría contra el avance de la investigación. “Las medidas de prueba podrían duplicarse, superponerse, e incluso podría haber decisiones contradictorias”, explicaron fuentes allegadas a la causa a Clarín.