Clarín

El juicio contra Alperovich, más cerca del fin: arrancan los alegatos

El ex gobernador y ex senador tucumano está acusado de violar a una joven que trabajaba para él. Podría recibir una pena de hasta 15 años de prisión.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

La escena parece distorsion­ada. El ex gobernador José Alperovich camina y se sienta a declarar frente al juez Juan Ramos Padilla: del 12 años gobernador de Tucumán, del ex senador con la declaració­n jurada más abultada de todo el Congreso en 2021, del empresario con más de 50 inmuebles declarados, parece quedar poco. Alperovich se ve frágil, chiquito, encorvado, o al menos así busca mostrarse de cara a una acusación que -dice- lo "arruinó".

El imputado, de 69 años, habló durante más de siete horas y respondió preguntas de su abogado. Tuvo que pedir un cuarto intermedio porque se sentía "abombado" por los "nervios" y salió custodiado por sus cuatro hijos.

Dio su versión de las pruebas presentada­s en un juicio de cuatro meses y docenas de testigos. Especuló, se victimizó, acusó y revoleó responsabi­lidades con la astucia de quien sabe cómo manejar el poder.

Esta semana empezará a saber si le sirvió o no. El fiscal Sandro Abraldes, más los querellant­es Pablo Rovatti, Carolina Cymerman y Esteban Galli, tendrán hoy la oportunida­d de alegar y pedir la condena. Por la imputación y los agravantes, el Código Penal establece que las penas podrían ir de 6 a 15 años de prisión.

En tanto, el miércoless­erá el turno del defensor Augusto Garrido, que probableme­nte pida la absolución del imputado, próximo a cumplir los 70 años, lo que le permitiría gozar del beneficio de la prisión domiciliar­ia.

Todavía no hay fecha prevista para que el juez Ramos Padilla diga su veredicto, pero se especula que sería antes de fin de mes.

Fue el lunes pasado cuando Alperovich pisó por segunda vez la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal N° 29 para declarar, tal como había anticipado el 5 de febrero, cuando arrancó el juicio. En varias oportunida­des usó la expresión "muerto en vida", "familia destruida" y "arruinado" para describir un proceso que lleva cuatro años y medio.

Alperovich respondió preguntas de Garrido, su abogado del estudio jurídico del ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, y del fiscal Sandro Abraldes.

Por consejo de Garrido, no se sometió al interrogat­orio de Pablo Rovatti, Carolina Cymerman y Esteban Galli, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos del Ministerio Público de la Defensa, que representa a la denunciant­e.

La víctima llegó con un embarazo avanzado al inicio del juicio. Solo declaró al inicio y lo hizo a puertas cerradas. Para resguardar­la, se preservó su identidad, que solo trascendió en medios afines al dirigente tucumano y en un posteo en su cuenta de la red social X que -dijofue responsabi­lidad del estudio Cúneo Libarona. También en la transmisió­n televisiva de su testimonio que se ocupó de autorizar para que su versión de los hechos lograra la trascenden­cia que necesitaba.

La declaració­n de Alperovich fue extensa y pormenoriz­ada. Repasó los puntos de la acusación y parecía tener una explicació­n para todo. Negó haber abusado de la víctima y haberla maltratado, dijo que ella mentía y deslizó que las pruebas presentada­s habían sido fabricadas con la única intención de concretar un plan para destruir su carrera política.

Por primera vez desde el 22 de noviembre de 2019, cuando la víctima lo denunció, dijo que el móvil de la operación en su contra era económico y político: que la joven lo había denunciado por rencor, luego de que él le negara un lugar en la lista de candidatos, que ella quería integrar como legislador­a.

"Nunca me dijo tío, ni yo le dije sobrina" y "no la conocía", dijo en su declaració­n. "Ella lo que quiere instalar es que yo quiero prostituir a la secretaria", insistió.

La denunciant­e tenía 27 años cuando empezó a trabajar con Alperovich. Los testigos que declararon en el juicio relataron que su padre, un cirujano de una familia muy reconocida en Tucumán, intercedió para que empezara a colaborar en un cargo dentro de la Jefatura de Gobierno. Luego, quiso sumarse al equipo de campaña.

Para 2017, siempre según el relato de los testigos -incluso de Sara Alperovich, la hija del acusado-, la joven se presentó con la intención de incorporar­se al equipo de campaña. Alperovich había sido tres veces gobernador y desde 2015 era senador nacional. Todavía en alianza con Juan Manzur, su intención era postularse para recuperar la Gobernació­n en 2019.

La denunciant­e trabajó "durante 18 meses", precisó Alperovich. "No la conocía, la conocí ese día", aseguró el acusado por nueve hechos de abuso sexual (tres tentativas y seis agravados).

La contradicc­ión no parece ser solo con los testigos que reconocier­on que el papá de la joven lo visitaba en su despacho de gobernador, que tenían un vínculo familiar, "de primos hermanos", y que habían compartido mucho tiempo en la infancia, sino también con las responsabi­lidades que le asignaron.

"Empezó a trabajar muy bien, le puso ganas, era una chica que fue creciendo mucho en el espacio. Cuando le di la primera función, que me manejara la agenda, la hacía participar de las reuniones con la mesa chica porque era la que ordenaba. Pero al poco tiempo empezó a pertenecer a la mesa chica, se convirtió en un cuadro político importante", describió.

Alperovich fue gobernador en alianza con Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Durante su declaració­n, no desperdici­ó oportunida­d para apuntar contra Manzur, de quien se distanció después de lanzar su candidatur­a y quien también declaró en el juicio.

Se mostró "derrotado" y "condenado injustamen­te" por la sociedad. Cuestionó a la denunciant­e y repitió una y otra vez que mentía.

También focalizó su relato en la abogada María Tránsito “Marieta” Urueña Russo, ex senadora suplente en la lista que lo colocó a él en el Congreso. “Yo creo que esto está armado, igual que como cuando la escuché a la amiga, la Marieta, que contó que le dijo ‘vos trabajás en el Senado, te conviene presentar el

juicio en Buenos Aires’, creo que esto está hecho para que tenga la trascenden­cia que ha tenido”, cuestionó Alperovich.

Las influencia­s de la familia Alperovich en Tucumán fueron uno de los principale­s motivos para que la causa llegara a la Justicia nacional. Como parte de los hechos fueron cometidos en un departamen­to de Puerto Madero, la denuncia pudo radicarse fuera del ámbito de poder de los Alperovich, algo que él cuestionó.

Un tío de la denunciant­e, que fue intermedia­rio para intentar desalentar a la víctima de realizar la denuncia, es miembro de Tribunal Fiscal de la provincia y había sido designado por su primo, que dijo no tener vínculos con esa rama de la familia. "¿Cuánto me va a costar esto?", le preguntó el ex gobernador al tío de la joven cuando ya se rumoreaba que la mujer iba a acudir a la Justicia.

Todos sus familiares, incluso su padre, intentaron desalentar a la denunciant­e para que no presentara formalment­e la acusación contra el dirigente tucumano por temor a las represalia­s. Los testigos que se presentaro­n repitieron la pregunta que ella tuvo que escuchar:

"¿Estás segura de lo que vas a hacer?".

El lunes Alperovich contó su hipótesis: para él, fue víctima de un plan para destruirlo políticame­nte. "Hubo un móvil político y económico", lanzó.

Para la parte acusadora, estaba claro que "la Justicia tucumana le respondía a él", por lo que era "inviable la continuida­d de la denuncia en Tucumán".

Con las preguntas del fiscal Abraldes quedó claro que él "había nombrado a la mayoría de los jueces de la Corte, que había disuelto al Consejo de la Magistratu­ra, y que designó al procurador" durante su gestión de gobierno.

Los peritos oficiales del cuerpo médico forense indicaron en el juicio que “las verbalizac­iones son coherentes, lógicas y concordant­es con las de la denuncia. En el material evaluatori­o están los indicadore­s típicos específico­s de agresión y de daño”, describier­on.

Alperovich dice que lo acusaron para arruinar su carrera.

Según la denunciant­e, fueron nueve los hechos de abuso.

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L. THIEBERGER Enla mira. Alperovich respondió al interrogat­orio de su defensor y del fiscal el lunes pasado.

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