Les robaron los celulares y les vaciaron cuentas: por 7 estafas, acusan a una pareja
Las víctimas sufrieron arrebatos de los teléfonos y luego descubrieron faltantes en billeteras virtuales y bancos.
El tema de Fito Paéz se llama El amor después del amor, pero esta es la historia del robo después del robo. Y la protagoniza una pareja que está imputada por 7 casos de estafa por un monto total de $9.800.000 ($ 4.400.000 y US$ 5.100). Las víctimas valen por dos: personas que sufrieron el robo de su celular en la calle y luego vieron vacías sus billeteras virtuales o cuentas de homebanking.
Se trata de una nueva variante de la modalidad delictiva más propagada, la del arrebato de teléfonos, tan repetido pero no tan denunciado. Aunque, en estos casos, los damnificados tuvieron que ir obligados a la comisaría porque el robo terminó convirtiéndose en el medio para estafarlos.
Los acusados son un hombre de 48 años identificadocomo M. A. G. y una mujer de la misma edad, A. G. S. Sus nombres no pueden ser publicados para no entorpecer la investigación. Están imputados por estafa y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 53, subrogada por Matías Di Lello, pidió días atrás que sean citados a indagatoria, informaron fuentes judiciales a Clarín.
La seguidilla arrancó el 20 de julio del año pasado. Cerca de las 20, un hombre estaba por cruzar Rivadavia y Entre Ríos, cuando un ladrón le robó su Samsung S21. El mal trago iba para largo: a la tarde del día siguiente lo llamaron de su banco para decirle que habían pedido un préstamo a su nombre por $ 650.000. La víctima lo desconoció pero la plata ya había sido transferida a una billetera de criptomonedas, a nombre de M. A. G.
El 4 de agosto la víctima fue una mujer que esperaba el colectivo en Rivadavia al 3100, alrededor de las 13.15. Un ladrón le sacó el teléfono y se fue corriendo. Dos horas y media después la mujer entró a su homebanking y vio que le faltaban $99.000. La plata había ido a parar a una billetera virtual a nombre de M. A. G. La madrugada del 2 de septiembre, un hombre sufrió el robo de su iPhone 12 y otras cosas en Niceto Vega al 5200, en Palermo. Cuatro días más tarde, vio que desde su cuenta de una app de pago alguien había tomado un crédito por $ 36.000 y transferido esa plata.
El cuarto caso ocurrió en las escaleras de la estación Olleros de la línea D, el 16 de septiembre a las 13. Una mujer subía con su iPhone 14 en la mano y un ladrón que apareció por atrás se lo arrebató. Seis días más tarde, descubrió que alguien accedió a su homebanking e hizo tres transferencias por $141.000, $ 500.000 y $ 56.000 a una cuenta de un banco digital a nombre de A. G. S.
El capítulo motochorro también es parte de esta historia. Ocurrió en Carbajal y Donado, Villa Ortúzar, el 6 de octubre. Un ladrón en una moto le arrebató el iPhone 14 ProMax a un peatón. Más tarde, la víctima usó la funcionalidad “buscar mi iPhone” y el GPS le indicó que estaba en Estados Unidos al 4200. El hombre fue y vio que allí había un taller de motos. Le preguntó a un mecánico si sabía algo de su celular y este le dijo que no. Cuando volvió, se llevó una desagradable sorpresa: alguien entró a una de sus cuentas bancarias y transfirió US$ 5.000 a la cuenta de otro banco de la víctima, le convirtió el dinero a pesos e hizo cinco transferencias que tuvieron como destinatarios a M. A. G. y A. G. S. Además, le sacaron $ 400.000 de una caja de ahorro y un préstamo por $ 860.000 que fue depositado en una cuenta de la mujer que fue imputada.
La víctima contó después que cuando googleó el nombre de M. A. G., lo encontró en Facebook y era el mismo mecánico que lo atendió en el taller de la calle Estados Unidos.
Cuatro denuncias llegaron a los detectives de la División Ciberdelito contra el Sistema Financiero de la Policía de la Ciudad, que notaron un patrón común y le pidieron a la Justicia la acumulación de causas. Y lograron atribuirles tres casos más.
Según pudo saber Clarín, M. A. G. salió de la cárcel hace poco. A la vez, de la investigación se pudo saber que varias de las cuentas cripto que los sospechosos usaban para enviar el dinero de las víctimas fueron abiertas poco tiempo antes. Para eso, usaron sus datos del DNI verídicos y se sacaron selfies para validar las cuentas.
Para evitar ser víctimas, los investigadores recomiendan activar el reconocimiento facial o el lector de huellas digitales para validar el acceso y las operaciones con aplicaciones de homebanking y billeteras virtuales en el celular. También se puede avisar del robo a las compañías financieras para bloquear la cuenta de manera preventiva.■