El caso de los seguros: Alberto Fernández recusó al juez
Dice que Julián Ercolini debe apartarse de la investigación por “temor a parcialidad”. Además, designó como abogada a la ex defensora de Milani.
El ex presidente Alberto Fernández recusó al juez federal Julián Ercolini y pidió apartarlo del expediente que investiga los contratos que el Estado firmó con Nación Seguros utilizando brokers. Dice que es por temor de parcialidad
La causa que inició con la revelación de Clarín sobre los contratos que Nación Seguros firmó con ANSeS utilizando intermediarios,
se convirtió en un gran rompecabezas. Se sumaron 45 contratos de diversos organismos del Estado, la sospechosa intervención de 25 brokers, y una cifra de 3.453.302.777 pesos que al tipo de cambio del momento, representan 17 millones de dólares en concepto de comisiones erogadas de fondos públicos.
El ex presidente tiene dos imputaciones en esta investigación. La carátula detalla los presuntos delitos que habría cometido: abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, incumplimiento de los deberes y malversación de caudales públicos.
Pese a las acusaciones que el Ministerio Público Fiscal le adjudicó bajo el grado de sospecha, Alberto Fernández no se había presentado en el expediente hasta este miércoles, que recusó al juez.
Ahora Fernández designó como abogada a Mariana Barbitta, quien a su vez defiende al ex general César Milani en otro expediente.
Sostuvo en el planteo de recusación que Fernández teme la parcialidad del juez Ercolini en la instrucción del caso.
“Invito a la excusación, y subsidiariamente promuevo formal recusación, respecto de la intervención como Magistrado del doctor Julián Ercolini”, inicia el escrito de la abogada de Alberto Fernández, al que accedió Clarín.
Una de las primeras aclaraciones formuladas es que si bien la recusación expone referencias “personales”, no se cuestionan aspectos “en forma personal” al juez del caso, a quien “conozco desde hace literalmente décadas, sino que, exclusivamente, este planteo versa sobre las razones que con toda fuerza y evidencia imponen su apartamiento del trámite de estas actuaciones para asegurar el debido proceso legal”, sostiene Alberto Fernández.
En este sentido el escrito refiere la necesidad de “garantizar el fundamental derecho de todo ciudadano a ser juzgado por Magistrados cuya imparcialidad no pueda ser razonablemente puesta en duda”.
En este punto, el ex presidente se declaró amigo del juez Ercolini, algo que no había manifestado nunca. “Durante años, y al menos desde mi perspectiva hemos mantenido una extensa y muy cercana relación de amistad, estrecha”.
Después señaló que cuando fue presidente de la Nación ha tenido diferencias con el magistrado a punto tal de que hizo una cadena nacional para informar que iba a denunciarlo por el viaje a Lago Escondido, investigación en la que se desechó la comisión de delitos y se terminó cerrando.
En su escrito, Fernández dijo que su temor es porque “sin justificación algun soy ‘penalmente’ perseguido por uno de los Magistrados cuya conducta requerí que fuese investigada, en el marco de un verdadero escándalo público”.
Antes de llegar a la Casa Rosada, Fernández había sido durísimo con Ercolini. En una entrevista había cuestionado a los jueces que investigaban a Cristina Kirchner, sobre los que dijo que iban a tener que “dar explicaciones”, Y luego agregó: “Algún día Ercolini, Bonadio, Irurzun, Hornos y Gemignani van a tener que explicar las barrabasadas que escribieron para cumplir con el poder de turno”.
Junto con el expediente principal que instruye el juez Ercolini, se inició otra investigación de carácter patrimonial y que se encuentra delegada en la fiscalía de Carlos Rívolo. La misma se abrió cuando se ordenó la inhibición general de bienes de Alberto Fernández, su amigo broker Héctor Martínez Sosa, la esposa de Martínez Sosa y secretaria privada de Fernández, María Cantero, y un extenso listado de intermediarios. ■