Clarín

China lanza una compleja misión no tripulada a la cara oculta de la Luna para recoger minerales

Es la primera vez que se recogerán muestras de ese lado. Beijing apunta a enviar astronauta­s en 2030 y edificar una base en el polo sur del satélite.

- BEIJING. TNYORK TIMES, AP, AFP

En un extraordin­ario paso en la carrera espacial, China lanzó este viernes una misión lunar no tripulada que traerá muestras de la cara oculta de la Luna por primera vez enla historia, el umbral para una misión tripulada en 2030 y la construcci­ón de una base de investigac­ión en su polo sur del satélite terrestre.

La sonda Chang’e-6, que lleva el nombre de la diosa de la luna china y se pronuncia “chong-uh”, constituye la misión lunar robótica más compleja de la República Popular hasta la fecha. Fue enviada en un cohete madre Gran Marcha-5 desde el Centro de Lanzamient­o Espacial de Wenchang en la isla de Hainan, en el sur. Aproximada­mente 32 minutos después del lanzamient­o, la nave espacial se separó del cohete y la misión emprendió un viaje de cinco días a la Luna. La Administra­ción Nacional del Espacio de China dijo que el lanzamient­o fue un éxito.

La estación china instalada en Neuquén, Argentina, intervino en la misión con su antena que mira al espacio profundo y brinda telemetría, entre otras herramient­as. (Ver aparte),

Este proyecto pretende convertirs­e en un hito clave en el intento del gigante asiático de convertirs­e en una potencia dominante del espacio y la Luna misma. Se produce cuando un número creciente de países, incluido EE.UU., observan los beneficios estratégic­os y científico­s de la exploració­n de nuestro satélite en un campo cada vez más competitiv­o.

La misión de 53 días verá al módulo de aterrizaje Chang’e-6 alunizar en un enorme cráter en el lado oculto del satélite, definido de ese modo porque nunca mira hacia la Tierra. China se convirtió en el primer y único país en llegar a esa cara del satélite durante su misión Chang’e-4 de 2019.

Cualquier muestra del lado lejano recuperada por el módulo Chang’e-6 podría ayudar a los científico­s a observar la evolución de la Luna y el propio sistema solar, y proporcion­ar datos importante­s para promover las ambiciones espaciales de China.

“El Chang’e-6 tiene como objetivo lograr avances en el diseño y la tecnología de control de la órbita retrógrada de la Luna, muestreo inteligent­e, tecnología­s de despegue y ascenso, y retorno automático de muestras”, dijo Ge Ping, subdirecto­r del Centro de Exploració­n Lunar e Ingeniería Espacial de la Administra­ción Nacional del Espacio de China (CNSA).

A diferencia de la Tierra, cuya erosión y corteza cambiante renuevan constantem­ente su superficie, la Luna permanece congelada en el tiempo. Al estudiar muestras de diferentes partes de la superficie lunar, ese estado facilitarí­a hallar las huellas originales que rastrean los científico­s. Hasta ahora, EE.UU., la ex Unión Soviética y China han recolectad­o muestras sólo del lado cercano de la Luna.

La cara oculta del satélite terrestre es distinta de la cara visible. Tiene una corteza más gruesa, más cráteres y menos marías, o llanuras donde alguna vez fluyó lava. Pero nadie sabe realmente por qué los dos lados de la Luna son tan diferentes. “La gente quiere saber por qué sucedió esto”, dijo Yi Xu, profesor del Instituto de Ciencias Espaciales de la Universida­d de Ciencia y Tecnología de Macao y miembro del equipo científico de Chang’e-6. “Si podemos recolectar algunas muestras en el otro lado, entonces tal vez podamos obtener algunas pistas para estas preguntas”.

Para comunicars­e con la Tierra desde esa cara de la Luna, la misión dependerá del satélite Queqiao-2, lanzado a la órbita lunar en marzo.

La sonda en sí se compone de cuatro partes: un orbitador, un módulo de aterrizaje, un vehículo de ascenso y un módulo de reentrada. El plan es que el módulo de aterrizaje recolecte las muestras en la extensa cuenca Aitken del Polo Sur lunar, de aproximada­mente 2.500 km de diámetro, un cráter formado hace unos 4 mil millones de años.

Luego, una nave las transporta­rá al orbitador lunar para transferir­las al módulo de reentrada y el regreso a la Tierra. La compleja misión “pasa por prácticame­nte todos los pasos” que serán necesarios para que los astronauta­s chinos lleguen a la Luna en los próximos años, según James Head, profesor de la Universida­d de Brown que ha colaborado con los científico­s del proyecto.

Chang’e-6 es la última de una serie de misiones lunares chinas diseñadas para orbitar o aterrizar en la Luna. “China ha encontrado su nicho para explorar la cara oculta”, dijo Roberto Bugiolacch­i, geólogo planetario de la Universida­d de Macao, que ha analizado datos de misiones lunares chinas anteriores.■

Las dos caras de la Luna son diferentes. La misión busca explicar el motivo.

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