Diplomáticos, ¿sin voz autorizada?
Todas las representaciones argentinas en el exterior recibieron recientemente una circular de la Dirección de Recursos Humanos de la Cancillería advirtiéndoles a los diplomáticos que para emitir opiniones, publicar notas o efectuar declaraciones, deben primero pedir permiso a sus superiores. Así lo dice: “Con respecto a publicaciones en medios de prensa (e inclusive en redes sociales), que lleven la firma de funcionarios de esta Cancillería (estén prestando funciones en la República o en el exterior), se agradecerá tener presente lo establecido en: 1)El Art. 24 de la Ley SEN (Servicio Exterior de la Nación, inciso pertinente): Prohíbese a los funcionarios del Servicio Exterior de la Nación, salvo autorización expresa: c) Efectuar declaraciones que comprometan la política interna o externa de la República; Reglamento de la Ley: Art. 24. En el caso del inciso c) estará autorizado a otorgarla el Jefe de Misión. No obstante, este último podrá, teniendo en cuenta la gravedad y/o la importancia del tema, requerir al señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto la correspondiente autorización. 2) El art. 60 del Reglamento para las Representaciones Diplomáticas de la República Argentina (Decreto nro.7743/63) (refiere a): publicaciones, conferencias, declaraciones, etc. Art. 60- 1. Ningún funcionario de la Misión podrá publicar artículos, conceder entrevistas a la prensa, pronunciar conferencias, etc. sin autorización previa del Jefe de Misión. 2. Este, a su vez, deberá transferir el pedido de autorización a la Cancillería argentina cuando la importancia o la índole del tema a tratar por el funcionario en cualquiera de esos actos lo haga aconsejable.3. El Jefe de Misión es solidariamente responsable con el funcionario por la autorización otorgada por sí mismo”.
Se trata del recordatorio de una normativa existente. Pero su intención obvia es desalentar o impedir que los diplomáticos emitan opiniones propias vinculados a su conocimiento y experiencia. El Presidente expone en foros, tribunas y medios periodísticos internacionales su credo ideológico-político libertario sin importar que como el Jefe de Estado debe representar a todos los argentinos, compartan o no compartan sus ideas. Pero se manda a callar las voces de los profesionales que representan al país en el exterior, obligándolos a pedir autorización antes de emitir opiniones sobre cualquier tema de la agenda internacional en los que tienen incumbencia y pueden brindar su aporte. Una medida poco liberal. Y poco inteligente. ■