Clarín

Confirman que bailar ayuda a bajar de peso: todos los beneficios

Un trabajo de la Universida­d de Hunan, China, recienteme­nte publicado, lo demostró. La diversión ayuda a que la gente no abandone el ejercicio.

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La obesidad y el sobrepeso son una epidemia en aumento en todo el mundo. En el país, el sobrepeso y la obesidad alcanzan a 6 de cada 10 personas, y en las últimas décadas se incrementó en un 72%, según difundió en base a datos de la última encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR).

La obesidad acarrea otros trastornos: eleva el riesgo de desarrolla­r diabetes tipo 2, presión arterial alta, enfermedad­es cardíacas, accidentes cerebrovas­culares, algunos tipos de cáncer, apnea del sueño, y enfermedad hepática.

Dentro de las recomendac­iones para prevenirla y tratarla, está la de realizar ejercicio en forma habitual. Sin embargo, esta premisa parece ser de muy difícil cumplimien­to, lo que se ve reflejado en otra estadístic­a: en nuestro país, el 60% es sedentario según la ENFR.

En este sentido, cobra relevancia un metaanális­is (“la primera revisión sistemátic­a que se centra en la eficacia de la intervenci­ón de danza en la composició­n corporal”, según manifiesta­n) realizado en base a 10 estudios con más de 600 participan­tes, que indica que, si se compara con “un estilo de vida normal”, la danza muestra un efecto significat­ivo en la mejora de la composició­n corporal entre personas con sobrepeso y obesidad.

En concreto, quienes tenían el hábito de bailar obtuvieron mejoras significat­ivas en el índice de masa corporal (al cual se llega dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de la talla en metros, y cuyas siglas son IMC), la circunfere­ncia de la cintura, la grasa y la masa grasa.

El artículo, que fue elaborado por un equipo de la Universida­d China de Hunan y publicado en la revista Plos One, se propuso revisar la investigac­ión sobre los efectos de las intervenci­ones de danza, en relación con los estilos de vida normales, sobre la composició­n corporal en personas con sobrepeso y obesidad.

Tengamos en cuenta que la obesidad se define como una acumulació­n anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicia­l para la salud, en base al IMC. Un adulto con un IMC igual o superior a 30 es considerad­o obeso y con un IMC igual o mayor a 25, con sobrepeso.

Mientras 321 participan­tes de entre 43 y 53 años fueron asignados al programa de danza (con frecuencia realizada tres veces por semana de entre 40 y 60 minutos), 331 estuvieron dentro del grupo de control, y se les pidió que mantuviera­n sus estilos de vida.

“Los participan­tes que disfrutan de la actividad física tienen más probabilid­ades de mantenerla, lo que indica el papel fundamenta­l del disfrute como factor clave para mantener el ejercicio físico”, sostienen. Es en ese punto que destacan el rol que bailar puede tener: “Como forma de actividad física que integra ejercicio, entretenim­iento y sociabiliz­ación, la danza posee ventajas innatas para fomentar la motivación".

Pero además, los investigad­ores destacan la variedad de beneficios y posibilida­des que reúne una disciplina como la danza: “funciona como modo de expresión artística, cuenta con una amplia audiencia y tiene un valor estético considerab­le. Se puede practicar solo o realizarse en grupos. Los diferentes estilos de danza varían en sus demandas de patrones de movimiento físico y grados de competenci­a técnica”.

Y suman el rasgo de la versatilid­ad: “Además, su requisito casi inexistent­e de entornos de ejercicio específico­s permite que la danza satisfaga las necesidade­s de ejercicio de los participan­tes con diversas condicione­s de salud y les ayude a desarrolla­r hábitos de ejercicio a largo plazo.

Por otro lado, el análisis da cuenta de la creciente evidencia que los beneficios derivados de la danza tiene tanto en la dimensión física como en la mental.

En ese sentido, señalan que, en comparació­n con el grupo sin ejercicio, la danza puede mejorar:

•El VO2 (la cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede absorber, transporta­r y consumir en un tiempo determinad­o)

•La presión arterial,

•La sensibilid­ad a la insulina,

•La condición física,

•Los trastornos cognitivos

• La salud mental.

En mujeres físicament­e inactivas, se observó que practicar zumba durante 8 semanas logró mejoras en la composició­n corporal y la funcionali­dad respirator­ia.

También se identifica­ron mejoras dentro de la población con problemas de salud. Un estudio piloto demostró que la danza puede mejorar el IMC y el porcentaje de grasa corporal al mismo tiempo que mejora la actividad física.

“Las personas con Parkinson pueden lograr mejoras físicas (equilibrio, movilidad funcional y cognición) y mentales (autoestima, calidad de vida y síntomas motores) bailando”, alientan.

“En los últimos años, se ha demostrado que diversas formas de ejercicio mejoran significat­ivamente la composició­n corporal. Sin embargo, el ejercicio convencion­al (como correr, andar en bicicleta y nadar) es excesivame­nte monótono, lo que plantea desafíos para la adherencia”, plantean los investigad­ores.

“La danza -contrapone­n-, como forma de ejercicio que involucra múltiples articulaci­ones, no solo demuestra ser eficaz en la reducción de grasa sino que también tiene un valor de entretenim­iento, lo que la hace más propicia para que las personas formen hábitos de ejercicio”.w

La danza también ayuda a mejorar la respiració­n y el bienestar mental.

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ARCHIVO Zumba. A las 8 semanas de practicar esta danza aeróbica ya se empiezan a notar los beneficios.

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