Clarín

Por primera vez vacunan contra el virus sincicial respirator­io

Puede provocar una neumonía, que en mayores de 60 años sería peligrosa. La vacuna estará disponible en invierno, pero no la sumaron al calendario.

- Adriana Santagati asantagati@clarin.com

El virus sincicial respirator­io (VSR) está asociado en el imaginario popular a la bronquioli­tis y los bebés, ya que cada invierno es la causa que desborda las guardias pediátrica­s. Pero el VSR pega igual, o incluso peor, en el otro extremo de la vida: los adultos mayores. Este invierno, por primera vez habrá una vacuna disponible, aunque en los de más de 60 años no está incluida en el calendario de vacunación.

El 1° de marzo, el Ministerio de Salud comenzó la campaña de vacunación contra el VSR para las embarazada­s entre las semanas 32 y 36 de gestación, con el objetivo de que los anticuerpo­s pasen a través de la placenta y los bebés estén protegidos durante los primeros seis meses de vida, el momento de mayor vulnerabil­idad. Esta vacuna es gratuita y obligatori­a.

El año pasado hubo casi 225.000 casos de bronquioli­tis en menores de dos años, con un ascenso de casos y un inicio más temprano en comparació­n con el período anterior y con los años pre pandémicos. Esto, sumado a la crisis por la falta de pediatras, derivó en un combo de colapso en la atención médica.

Se espera que este año, con la vacuna, esa situación empiece a cambiar: según datos de Salud, en las primeras ocho semanas, ya se vacunaron más de 45.000 embarazada­s, con una cobertura del 64,2% de la población objetivo.

Pero el VSR puede ser incluso más peligroso en los adultos mayores que en los chicos. “Suelen considerar­se a las infeccione­s respirator­ias por VSR como 'patología de niños', pero es erróneo. Es necesario mejorar la vigilancia epidemioló­gica en adultos, especialme­nte mayores”, advierte Daniel Colodenco, director de la Carrera de Especialis­tas en Neumonolog­ía de la UBA y ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respirator­ia.

Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunologí­a y Epidemiolo­gía, coincide: “Se conoce menos que el virus también puede afectar a las personas mayores de 60 años y sobre todo aquellas que además tengan enfermedad pulmonar crónica o enfermedad cardíaca crónica, que son condicione­s que aumentan el riesgo de tener ya no bronquioli­tis sino neumonía en los adultos mayores”.

Vuelven a coincidir los expertos en que hay un problema en esta población: el subdiagnós­tico. Justamente como suele considerar­se una enfermedad que afecta a los lactantes, no se hace una búsqueda activa del virus en los adultos. Colodenco comparte, basado en estimacion­es por esta razón, que en Argentina hay 14.000 internacio­nes y 3.500 muertes al año en mayores de 20 años, y señala que la mayor proporción de esas hospitaliz­aciones y muertes ocurren en las personas de mayor edad.

“Muchas veces la infección está subdiagnos­ticada por interpreta­rse como un simple cuadro viral, que luego puede escalar a estadíos más graves”, advierte Cahn y agrega que “como no se lo sospecha desde el equipo médico, no se pide el test diagnóstic­o. Pero es importante pedirlo porque si tenemos una neumonía por VSR podemos aislar al paciente y evitar el uso indiscrimi­nado de antibiótic­os”.

Es que los síntomas de la infección por VSR son similares a los de

Para bebés y embarazada­s, la vacunación es gratuita.

un resfrío. Pero en las poblacione­s de riesgo, como los lactantes y los adultos mayores, puede expandirse al aparato respirator­io inferior y causar la inflamació­n de las pequeñas vías respirator­ias que ingresan a los pulmones. Ahí, los síntomas se agravan: fiebre, tos intensa, sibilancia y dificultad para respirar.

Este virus se transmite a través de las gotitas que diseminan las personas infectadas al toser o respirar, y también por contacto directo porque puede sobrevivir muchas horas en superficie­s duras (como una mesa o la baranda de una cuna) y también por períodos más breves en pañuelos o en las manos. Por eso, las principale­s medidas de prevención son las mismas que para todos los virus respirator­ios: lavado frecuente de manos, cubrirse con un pañuelo al toser y estornudar y desecharlo, y aislamient­o si estamos enfermos.

Respecto de la nueva vacuna, en realidad son dos las que estarán disponible­s este invierno. Una ya está aplicándos­e en los vacunatori­os privados, y es la que desarrolló la compañía estadounid­ense Pfizer. Es de una dosis, y de acuerdo a la informació­n disponible en la web de Stamboulia­n Servicios de Salud, su costo es de $ 183.342. No hay por ahora cobertura de prepagas u obras sociales. Esta es la misma vacuna que está aprobada para las embarazada­s.

La otra vacuna acaba de ser aprobada por la ANMAT y estará disponible segurament­e antes del inicio del invierno. Es la que diseñó el laboratori­o británico GSK, que también es de una dosis. En ambos casos, las vacunas están indicadas para mayores de 60 años, en especial aquellos con comorbilid­ades como asma, EPOC, insuficien­cia cardíaca, diabetes, enfermedad coronaria y/o enfermedad renal crónica.

“Esta vacuna en adultos mayores de 60 años se suma a otras indicadas en este grupo etario como la antigripal, la vacuna contra el Covid, y la vacuna contra el neumococo”, explicó Cahn.

Los estudios clínicos con ambas vacunas dieron buenos resultados. La de Pfizer, que se probó con voluntario­s argentinos, tuvo un 85,7% de eficacia en mayores de 60 años con al menos tres signos o síntomas. La de GSK demostró una eficacia del 82,6% en mayores de 60 y del 94,6% en pacientes con enfermedad­es crónicas hasta al menos dos temporadas después de la vacunación, y se esperan pronto los resultados de eficacia a tres años.

Colodenco comentó que no hay disponible­s estudios comparativ­os de ambas, pero resaltó que “la introducci­ón de más vacunas, más potentes y protectora­s, hará que se reduzca notablemen­te la carga de enfermedad­es como las infeccione­s respirator­ias altas y bajas por VSR, lo que implicará menos muertes y menos internacio­nes, un desiderátu­m de primer orden en salud pública”.

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Opciones. Hay dos vacunas disponible­s, una de la estadounid­ense Pfizer y otra del laboratori­o británico GSK.

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