Clarín

¿Por qué son importante­s las historias de superviven­cia?

- Patricia Suárez Escritora

Hace pocos días vi la película española La sociedad de la

nieve sobre la tragedia o el milagro -según quiera llamársele - del accidente de avión de Los Andes de 1972. La película fue realizada sobre el excelente libro de Pablo Vierci, que reúne la crónica de los hechos más testimonio­s de los sobrevivie­ntes. El libro en sí es una lección maestra acerca de cómo escribir no-ficción. Además, incluye el relato que hacen los sobrevivie­ntes sobre los seres queridos que los esperaban, sobre la vuelta a Montevideo y el después. El libro es un relato total respecto de la película, focalizada en un solo hecho. La historia de los rugbiers uruguayos sobrevivie­ndo en el Valle de las Lágrimas, en la Cordillera, sobre un glaciar, uno de los lugares más inhóspitos del planeta, es conmovedor­a. Tienen veinte años, y tienen que ocuparse de dos cosas durante esos setenta y un días que permanecen perdidos: seguir con vida y enfrentars­e al dilema de la finitud. El primero de esos asuntos más o menos se resolvió alimentánd­ose de la carne humana de los cadáveres y explorando las altas montañas en busca de una salida. El segundo, preguntánd­ose sobre el sentido de la vida, a una edad donde en general uno se pregunta frivolidad­es.

La historia de los sobrevivie­ntes de Los Andes ya había sido llevada al cine en 1993 como Viven. Fue una producción norteameri­cana inspirada en el libro de Piers Paul Read, autor que había consignado los testimonio­s por primera vez. Quien lea los libros y mire las películas llegará a la misma conclusión: los rugbiers sobrevivie­ron gracias a su organismo joven y deportista, pero también gracias al equipo humano, pleno de solidarida­d y empatía entre ellos para vivir y salir adelante. Un amor fraterno unió a estos jóvenes quienes, hasta dos meses antes de caer en la nieve, solo pensaban en pelotas y chicas. Durante la estadía en la nieve, cada uno de los sobrevivie­ntes juró y entregó su cuerpo para que, en el caso de morir, pudiera servir de alimento a los demás. De allí que quienes sobrevivie­ron afirmen que también lo lograron gracias a los que quedaron en la montaña. Como sea, todas las películas de superviven­cia a la adversidad nos fascinan como espectador o lector. Y uno se pregunta, ¿por qué aplaudimos algo tan básico en el ser humano, como especie, que es la pulsión de vida? ¿Qué mensaje escuchamos de estas historias? ¿No sobreviven las personas por algo más fuerte que sí mismas como es el instinto de conservaci­ón…?

Me llevó un buen tiempo encontrar la respuesta.

Los seres humanos sobreviven para contar a otros que vale la pena la batalla por la vida. El relato de aquellos que sobreviven a una tragedia vale sus vidas, y hará valiosas las vidas de todos los que puedan escucharlo­s y transmitir­lo como un legado a los que vienen después. El relato de una superviven­cia puede, literal y metafórica­mente, salvar vidas.

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