Clarín

Nada más alejado de la dolarizaci­ón: Caputo y Bausili buscan una fuerte recuperaci­ón del peso

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

El dóla recontra alto, creen, les da un colchón para compensar la inflación

La idea de la dolarizaci­ón parece cada vez más lejana. Las primeras decisiones formales que tomó el Banco Central y algunas señales concretas que dio el ministro de Economía Luis Caputo apuntan a recuperar la demanda de pesos o, en otras palabras, que se revierta la tendencia que empujaba al mercado, es decir empresas, inversores y la población en general, a sacarse de encima los pesos y cambiarlos por dólares o por bienes.

Dicho de otro modo, el diseño de la política monetaria de emergencia que está instrument­ando Santiago Bausili en coordinaci­ón con Caputo tiene un objetivo concreto: que el peso vuelva a ser atractivo.

Y el menú que le ofrecen a quienes tienen pesos es simple. Por un lado, para el que quiera apostar al dólar, está el tipo de cambio oficial a $ 800 con una promesa de devaluació­n de apenas el 2% mensual frente a una inflación que en este mes apunta a superar el 20%, y tal vez repita en enero y febrero. Por el otro, para los que se quieran quedar en pesos, está la tasa de Leliqs a 28 días del 133% nominal anual (11,08% efectivo mensual) que también se aplica a los plazo fijo, y por el otro, una tasa del 100% nominal anual que rinden los pases pasivos a un día (8,33 efectivo mensual).

Caputo, el miércoles por la noche, habló de esto en el programa A Dos Voces. Dijo que ante la promesa de que el tipo de cambio se va a devaluar apenas 2% por mes la apuesta más lógica y aparenteme­nte con menos riesgo es vender dólares y colocar los pesos a tasa, por lo que se lograría un retorno real en dólares, en un solo mes, del 8% si se cumplen todas las premisas. Es decir que Caputo y Bausili, uno desde Economía y otro desde el Central están sugiriendo que hoy es más atractivo y rentable apostar al peso. Un llamado al carry trade.

Más allá del consejo (que no fue tal, desde ya) este esquema de dólar a $ 800 y crawling peg del 2% mensual (nadie sabe por cuántos meses regirá esa tasa de devaluació­n, y en el Gobierno no lo quieren decir) es una pieza fundamenta­l en el plan de emergencia que se lanzó esta semana.

Ocurre que, como dicen Milei y Caputo, el origen de los problemas es fiscal, y el ancla del plan es fiscal, pero es un ancla cuyos resultados tardarán en verse. Mientras tanto, hay que utilizar, complement­ariamente, el ancla cambiaria. Es decir, tratar de mostrarle al mercado que el tipo de cambio está más o menos dominado y no saltará por los aires. Lo que escucharon los economista­s que esta semana estuvieron con Caputo y los banqueros que se reunieron con Bausili es que la fórmula dólar a $ 800 + crawling peg del 2% es adecuada para poner en marcha el plan de emergencia.

El propio Caputo reconoció que el valor de $ 800 es exageradam­ente alto -mencionó la palabra “overshooti­ng”- para que ese precio aguante una apreciació­n por efecto de la inflación que se viene. Es decir, es un precio de dólar con “colchón” para que el tipo de cambio real -hoy recontra alto y similar al de julio de 2002- se pueda apreciar sin que pierda atractivo para los exportador­es ni para los inversores que apuesten al peso a través de la herramient­a conocida como “carry trade”, que no es ni más ni menos que invertir un tiempo en pesos para hacer buenas ganancias en dólares.

El equipo económico-monetario comentó a sus interlocut­ores que eligieron este esquema porque lo considerar­on adecuado para este momento. No quisieron clavar el dólar a $ 800 y dejarlo fijo porque en algún momento van a tener que moverlo y no quieren que ese día el mercado diga “abandonaro­n el tipo de cambio fijo”.

Lo que explicaron los funcionari­os es que tampoco optaron por un dólar a $ 800 que siga a la inflación, porque con esta inflación inicial sería imposible anclar expectativ­as.

En definitiva, y a grandes rasgos, la política monetaria arranca con este esquema, que si funciona dará resultados más o menos rápido. Al menos hasta que se consolide el ancla fiscal y permita mostrar datos. “El problema es que los resultados fiscales de las medidas que se apliquen en el primer trimestre de 2024 recién se van a poder ver dentro de un año” dicen los funcionari­os.

El Banco Central tiene que, literalmen­te, “pasar el verano”. Hoy la sequía de dólares es alarmante y el plan es aguantar hasta que lleguen los dólares del campo, a partir de marzo pero sobre todo desde abril. La perspectiv­a que tiene el equipo económico es que la Argentina tendrá un importante superávit de balanza comercial en los próximos tres años, pero hay que llegar al otoño.

Además de la sequía de dólares, porque recibieron un Banco Central quebrado, los funcionari­os del BCRA tienen que lidiar también con la deuda con los importador­es. Las primeras evaluacion­es señalan que hubo un “revoleo” de SIRAs para autorizar pagos de importacio­nes que agrandó exageradam­ente esa deuda. Hoy se calcula que está en cerca de 62.000 millones de dólares, producto de importacio­nes de bienes por US$ 50.000 millones y otros US$ 12.000 por importació­n de servicios.

En el Central consideran que la deuda normal de los importador­es ronda los 30.000 millones de dólares y el resto es abuso. Por eso el BCRA comunicó que todas las SIRAs pendientes están siendo revisadas por la Secretaría de Comercio. “Sospechamo­s que hay muchas SIRA que fueron a manos de oportunist­as que se prendieron a la posibilida­d de poder comprar dólares a $ 350. Veremos cuántos querrán comprar los dólares que les correspond­en pero a $ 800” dicen el Central.

Sobre el bono que se va a emitir para saldar la deuda, el esquema que se armó contempla plazos de 6 meses a 4 años y una tasa anual del 5%. Se armó así para que cada importador vea qué le conviene más.

“Lo importante de este bono que vamos a ofrecer es que el importador va a poder recuperar el crédito con su proveedor externo, que hasta hoy no quería venderle nada porque no sabía cuándo iba a cobrar lo que le deben” razonan en el Central.

La decisión es que los pedidos de dólares para nuevas operacione­s de comercio exterior se cursarán sin contratiem­po. Nadie deberá pedir permiso, pero se fijó un cronograma y los primeros dólares irán para importacio­nes del rubro energético, que se entregarán en forma automática. Los productos farmacéuti­cos y fertilizan­tes, por ejemplo, deberán esperar 30 días. Y así hasta un plazo máximo de 180 días.

Como se dijo más arriba, la idea es que cuando empiecen a llegar los dólares de la cosecha gruesa la rueda empiece a funcionar de manera más fluida.

Para engordar las reservas, el Central está encarando negociacio­nes con organismos multilater­ales de crédito pero por ahora no se sabe nada. Sí, que se buscará, pedido de perdón mediante, postergar pagos con el Fondo Monetario Internacio­nal y seguir negociando, con modificaci­ones acordes al nuevo programa económico, el acuerdo que firmó -e incumplió en el actoel ex ministro Sergio Massa.

Luis Caputo resumió a qué aspira. “Hoy sobran pesos y faltan dólares, esperemos que en no mucho tiempo sobren dólares y falten pesos”.w

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TELAM Juntos. Ministro de Economía Luis Caputo y presidente del Banco Central Santiago Bausili, anoche, al salir de Casa de Gobierno.
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