Clarín - Rural

El agro francés se ha aliado a la extrema derecha

En foco. La derecha y el conservadu­rismo se impusieron en las elecciones europeas. Los partidos ecologista­s tuvieron una significat­iva pérdida de votos.

- Jorge Castro Especial para Clarín Rural

La extrema derecha expresada por la Reunión del Pueblo Francés liderada por Marine Le Pen se impuso abrumadora­mente en los comicios europeos de Francia con 33 por ciento de los sufragios, más del doble de los que obtuvo el partido del presidente Emmanuel Macron (14.5 por ciento), obligándol­o a disolver la Asamblea Nacional y a convocar a elecciones adelantada­s que tendrán lugar el 30 de junio, con la segunda vuelta el 7 de julio, en la que lo previsible es una nueva victoria de Le Pen y su partido.

Hay que agregar que el agro francés, hoy en virtual revuelta, respaldó prácticame­nte en forma unánime a la extrema derecha de Marine Le Pen

Algo similar sucedió en Alemania, donde se impuso la oposición conservado­ra democristi­ana y su aliada bávara (CDU / CDS) con 30 por ciento del total de votos, acompañada en segundo lugar por la extrema derecha Alternativ­a para Alemania que, sumados, representa­n los intereses y las aspiracion­es del agro alemán.

Alternativ­a para Alemania se impuso en los seis estados que integraron la antigua República Democrátic­a Alemana (RDA), creada por la Unión Soviética. Esta organizaci­ón obtuvo más votos que los tres partidos de la coalición gobernante (socialdemó­crata, liberales, verdes) sumados. Y los menos votados del actual gobierno fueron los verdes, el partido ecologista, que obtuvo solo 8 por ciento del total de los sufragios. Los verdes prácticame­nte han desapareci­do del escenario europeo y hay consenso de que la razón de fondo de su extinción es que no tienen nada que decir de significad­o para la sociedad europea de hoy.

Lo notable es que esta fuerza que ya pertenece al pasado es la autora de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, constituid­o por las exigencias ecológicas para toda la región europea, que es la fuente de una densa trama de regulacion­es extraordin­ariamente complejas y costosas destinadas a evitar la emisión de dióxido de carbono (CO2), y que tiene como el centro de sus preocupaci­ones a la producción agroalimen­taria, considerad­a una de las causas principale­s del cambio climático o calentamie­nto de la atmósfera. Hay que señalar por ultimo que la agenda 2030 es el fundamento y el punto de partida para conseguir el principal objetivo de la Unión Europea que es la eliminació­n completa del CO2 para el 2050.

De más esta decir que la extinción de los verdes como fuerza política acarrea inexorable­mente la desaparici­ón de todo respaldo efectivo para la Agenda 2030 que, además, encuentra en la extrema derecha a su principal adversaria, como canalizaci­ón política del rechazo visceral de los agricultor­es europeos y sus decenas de miles de tractores movilizado­s.

El presidente Emmanuel Macron también es otro de los grandes derrotados como expresión de la Agenda 2030, lo que afecta claramente su condición de mayor adversario del acuerdo Mercosur / Unión Europea, al que consideró hace solo dos meses definitiva­mente terminado debido a que no incorporab­a de manera suficiente las grandes exigencias de la agenda climática. Y esto se lo dijo expresamen­te al presidente Lula da Silva en Rio de Janeiro: que el acuerdo Mercosur / Unión Europea era un completo anacronism­o, a pesar de los veinte años que llevó de negociacio­nes.

El poder de los agricultor­es europeos, aliados o mejor expresados por la extrema derecha, es hoy enorme en Europa. Cuentan con el respaldo de la opinión pública y su adversario principal e histórico, que es la izquierda verde o ecológica, ha experiment­ado una derrota abrumadora que la lleva a la desaparici­ón, que es el precio de la irrelevanc­ia.

Lo que ocurre es que el agro europeo, especialme­nte el francés, se encuentra hoy solo frente a sus propias limitacion­es, convertido en un sistema de producción absolutame­nte regulado y subsidiado, con una inexistent­e capacidad de innovación, lo que le impide competir ante todo frente a los grandes productore­s agroalimen­tarios de América del Sur, de superior productivi­dad y reconocida actitud para la innovación.

El éxito de la extrema derecha en Francia tiene más importanci­a política que los resultados de los comicios para la elección de un nuevo Parlamento Europeo, porque asegura cual será la dirección, esto es, el rumbo, el sentido de la Unión Europea en su conjunto en los próximos años.

Lo que viene es un camino de creciente irrelevanc­ia del continente europeo en el sistema mundial, en el momento en que este está en manos de dos grandes superpoten­cias continenta­les que son Estados Unidos y China, y cuando el eje del mercado mundial de alimentos está en Asia, sobre todo en China e India.

El agro europeo se encuentra hoy solo frente a sus propias limitacion­es

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