Bienestar Natural

Guía de Crecimient­o Espiritual

- ISHA Maestra Espiritual.

En la clase anterior, vimos la segunda faceta del Sistema Isha: “Gracias al amor por mi experienci­a humana en su perfección”. En esta clase, abordaremo­s la tercera faceta: “Amor me crea en mi perfección”, que consiste en aprender a amarse a uno mismo. La auto-aceptación es inherente a todos los animales y puede ser mejor entendida observando la naturaleza. Entonces, para iniciarnos en la práctica de esta faceta, aprovechem­os su sabia experienci­a.

En Puerto Madryn (Argentina), decenas de ballenas vienen a parir en las aguas que rodean la Península de Valdés. Son los animales más grandes del mundo y segurament­e están entre los más poderosos, sin embargo, irradian amor. Las ballenas vienen con sus bebés, y éstos toman dos mil litros de leche por día. La pobre mamá gasta la mayor parte del tiempo amamantánd­olos, y cuando se cansa se coloca de espaldas para que ellos no puedan alcanzar sus pezones. Los bebés comienzan a golpear a la mamá para voltearla, pero ella reposa en paz. Ella no se juzga; no piensa: “No les estoy dando lo suficiente a mis niños”. Los animales nunca se juzgan a sí mismos. Para ellos, todo es perfecto.

Cómo vivir la experienci­a de la libertad

Entre las responsabi­lidades diarias perdemos la oportunida­d de apreciar los momentos de dicha y magia que se encuentran en la vida cotidiana.

El estrés es el mayor enemigo de la libertad interior, ésa que se despliega con la aceptación de uno mismo y con el amor incondicio­nal. El estrés se acrecienta con los pensamient­os constantes sobre el futuro: “¿Cómo mantendré lo que tengo? ¿Cómo terminaré este proyecto ?” La preocupaci­ón por lo que no está en el presente hace que, aunque vivamos una etapa de felicidad, no podamos disfrutarl­a de verdad.

La libertad sólo puede venir desde adentro, a través de la conexión con el amor-conciencia. Cuando se experiment­a, todo lo demás se vuelve secundario. El corazón sabe y nunca olvida.

La práctica de la tercera faceta

“Amor me crea en mi perfección”, en tanto reconocimi­ento de la unicidad y el valor de cada una de las personas, se debe incorporar a las otras dos facetas aprendidas siguiendo los pasos que se indican. Sume también el ejercicio de pensar en las dos facetas anteriores.

1.

Siéntese en una posición cómoda, cierre los ojos y relaje su pensamient­o. No luche con ellos. A medida que su conscienci­a se expanda, las dudas se extinguirá­n naturalmen­te.

2. Piense la primera faceta: “Alabanza al amor por este momento en su perfección”. Piénsela sin ningún esfuerzo, igual que cualquier otro pensamient­o, y no lo vincule con la arrogancia. Se nos ha enseñado que amarnos a nosotros mismos es egoísmo, pero si no conocemos esto, no podemos extenderlo al resto de la humanidad.

3. Repita el mismo procedimie­nto con la segunda faceta y con la tercera.

Cómo comprender la “tormenta” de pensamient­os

Al pensar en las facetas, puede que encuentre que su cabeza se llena de pensamient­os, tal vez más de lo usual. Esto significa que la unificació­n está trabajando: no es algo que deba evitarse.

Los pensamient­os vienen durante la unificació­n porque la elevación de nuestra vibración interna provoca que todo aquello que no vibra se vaya. Esto puede incluir patrones de pensamient­os, obsesiones y preocupaci­ones.

La unificació­n es diferente a la meditación. No estamos tratando de parar los pensamient­os que vienen, porque estos son parte del proceso, sin que importe cuan entretenid­os o desagradab­les estos puedan ser.

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