Un refugio pensado para una lectora
Dos volúmenes de geometría opuesta componen una casa y un estudio llenos de gabinetes para libros.
La Casa como contenedor de conocimiento encuentra su inspiración en la rica simbología y la atmósfera de las bibliotecas representadas en el cuadro “San Jerónimo en su estudio”. La propietaria, una ávida lectora, expresó su deseo de que la casa fuera un refugio para los libros, convirtiéndola en un espacio donde la arquitectura es abrazada por los libros.
El proyecto se organiza a partir de dos volúmenes, el circular destinado al estudio y el rectangular destinado a la vivienda.
La volumetría es el resultado de una exoestructura en forma de grilla de madera homogénea y regular. Esta estructura soporta la cubierta, el entrepiso y da forma a la fachada, sirviendo en su interior como lugar de uso como bibliotecas
Esta pequeña vivienda torre, busca ser refugio y dar cobijo a su usuaria en la calidez de la lectura.
El sistema de construcción explora sobre las lógicas de la prefabricación,
La idea de montaje es parte inherente de esta vivienda.
La casa es liviana, pesa lo mismo que un coche. Es capaz de montarse muy rápidamente a través de capas que se agregan como abrigos unas sobre otras.
Se encuentra armada completamente en seco, lo que permite armar y desarmar todas sus piezas cuando sea necesario. La terminación final es a través de paneles provenientes de la industria frigorífica para dar una óptima aislación térmica
Todas sus instalaciones corren libres como venas a través de gabinetes de fácil acceso por las paredes de las bibliotecas.
El jardín plantea un paisaje comestible incorporado a la vegetación nativa. La piscina natural -filtrada por vegetación- acompañará este sistema que marcará el ritmo de las estaciones, atraerá insectos generando un nuevo ecosistema para el disfrute en armonía con la naturaleza.