UN MIRADOR QUE SE ADUEÑA DE TODAS LAS VISUALES Y APROVECHA EL SOL
Casa Órbita. El proyecto de Estudio PK priorizó la orientación norte al definir un patio que articula visual y funcionalmente las dos alas de la planta.
Situada en un terreno de esquina, con dos bordes costeros y un remate hacia un espacio verde público y vistas a la laguna del Barrio Virazón, en Nordelta, la Casa örbita se adueña de todas sus visuales, potenciando la iluminación natural en el sentido más favorable.
El equipo de proyecto de Estudio PK, encabezado por Ignacio Pessagno y Lilian Kandus, priorizó la orientación norte al definir un patio que articula visual y funcionalmente las dos alas de la planta baja. Una contiene el espacio flexible junto al hall de acceso y la transición desde la calle hacia el interior de la vivienda. La otra se direcciona hacia el contrafrente en relación con el área pública de la casa, expandiéndose hacia la pileta y la laguna del fondo, enmarcando el paisaje. Sobre el lateral sudoeste se ubican todos los sectores de servicio.
El hall en doble altura articula las dos plantas permitiendo que el sector privado en el segundo nivel posea un diálogo constante con el patio central. “Ese vacío no solo brinda una entrada de luz con la mejor orientación, sino que, junto con el cerramiento de paneles perforados de acero corten en el frente, aporta privacidad a los dormitorios y al playroom, que con sus paneles plegadizos logra un espacio de reunión íntimo para los usuarios”, describen los autores.
Este segundo volumen se despega del basamento con un lenguaje más libre con curvas que direccionan el programa hacia las mejores visuales.
El proyecto cuenta con una segunda galería social en el frente, abierta a la calle. Este espacio permite la transparencia visual desde el estar come
dor hacia la laguna central del barrio, con orientación norte.
“Cada proyecto es una oportunidad para innovar, experimentar con nuevas tecnologías y métodos constructivos, siempre manteniendo un equilibrio entre la estética, la funcionalidad y la sostenibilidad”, definen los socios de Estudio PK. En esta casa, la constitución se basa en materiales nobles de poco mantenimiento: estructura de hormigón con revestimientos de piedra volcánica en el acceso, pisos de tundra grey, mesadas de mármol, mobiliario de roble y carpinterías de aluminio con DVH.
En la fachada frontal se observa un claro contraste. Por un lado, “el óxido de la chapa, que se despliega en una serie de finas líneas verticales, ofrece una textura y un color cálido, terroso, que resuena con la rusticidad del metal envejecido”, describen los proyectistas. Este tono rojizo y marrón profundo “genera una sensación de robustez y carácter”.
En contraposición, la vegetación circundante se manifiesta como un elemento de vida y frescura. “Las hojas y el césped suavizan la dureza del metal y la piedra, aportando una sensación de calma y serenidad a la vivienda -acotan Pessagno y Kandus-. Esta interacción entre los elementos naturales y los industriales enriquece visualmente la fachada y establece un diálogo entre lo orgánico y lo construido, donde cada material resalta
las cualidades del otro”.
Este tipo de decisiones proyectuales caracterizan a Estudio PK: la integración armoniosa entre la arquitectura y el entorno natural.
Casa Órbita “celebra su entorno”. Con un diseño que permite apreciar plenamente el paisaje, cada elemento arquitectónico está pensado para maximizar las vistas y la conexión con la naturaleza.
“Nuestra filosofía se basa en la creación de espacios que no solo cumplan con las necesidades funcionales, sino que también inspiren y mejoren la calidad de vida de quienes los habitan”, resumen.«