Una Escuela de Artes Escénicas en el sur de la Ciudad
La movida cultural de Barracas y su dualidad con la impronta industrial inspira el trabajo de Lorenzo Di Ninno, alumno de la FADU UBA (recién recibido) para su trabajo final de carrera.
Memoria descriptiva
El barrio de Barracas se caracteriza desde el siglo 19 por la industria y por una importante movida cultural. Esta dualidad entre la industria y la cultura, entre lo rígido y lo blando, inspiró el carácter de esta escuela de artes escénicas. El lote está cercano a la estación Constitución y cuenta con dos esquinas, haciéndole frente a un parque lindero a la autopista Frondizi, a la calle Ituzaingó y a las vías del ferrocarril.
El edificio tiene una pisada grande al igual que el resto del tejido lindante, pero aporta una planta baja más amigable con el peatón, otorgando visuales del interior, como también visuales oblicuas que anticipan lo que sucede más allá del terreno.
Ubiqué la parte más pública del programa hacia el parque, siendo la esquina de Herrera e Ituzaingó la que tiene el carácter de acceso para el visitante.
Para poder abrir el edificio mientras la escuela permanece cerrada, decidí ubicar en planta baja la sala de artes escénicas, biblioteca y cafetería, mientras que la parte educativa se halla en los pisos altos, separada del uso masivo pero relacionada en un único espacio con balconeos y bañado de luz natural indirecta gracias a la cubierta tipo serrucho.
La parte educativa cuenta con cuatro aulas de artes escénicas, un espacio de exposiciones y ocho aulas teóricas. Por encima de la sala, que se muestra como una masa colorida dentro del gran vacío que envuelve el edificio, monté un espacio flexible que sirve como lugar de representación, ensayo o recreo para los alumnos.
Comentario de la cátedra
El ejercicio “Escuela de Artes Escénicas” se desarrolla en Barracas, en el área comprendida entre las vías del ferrocarril Gral. Roca y la autopista Arturo Frondizi en las esquinas de Herrera , Ituzaingó y Guanahani. El tejido urbano es compacto con un perfil de altura promedio aproximado 14metros y se caracteriza por la presencias de grandes galpones utilizados como depósitos.
El lote se encuentra en una zona alta, pero en pendiente, con diferentes niveles en sus cuatro vértices. Una medianera alta y continua fue un desafío proyectual. El puente metálico de principios del siglo XX se constituye en un referente del lugar.
Desde el inicio del ejercicio, Lorenzo propone un volumen que pisa los bordes construibles, organiza el programa en torno a un patio y genera un vacío en la esquina de Herrera e Ituzaingó, donde propone el acceso.
A partir de estas decisiones lo demás fue desarrollo y reflexión. En el ingreso a nivel -1,80m, una perspectiva en diagonal y ascendente cruza interiores y exteriores, distintas alturas y usos. Califica cada lugar, propiciando lugares activos de encuentros y convergente de relaciones visuales.
Aquí radica uno de los aciertos de este trabajo: el uso de la luz y el vacío, un gran espacio teatral, ubicando a todos en espectadores y protagonistas.
A escala peatonal establece relaciones con instalaciones de uso barrial y comunal los fines de semana. La elección de la estructura metálica se asocia a la tipología del lugar y a la historia que dio nombre al barrio.«