El Pritzker reconoce la dimensión pública de la arquitectura
El premio más prestigioso de la disciplina fue entregado al arquitecto chino formado en Japón cuyos proyectos priorizan la vida en comunidad y fortalecen las relaciones sociales.
El premio más prestigioso de la disciplina fue entregado en 2024 a Riken Yamamoto, un arquitecto formado en Japón -con cinco décadas de trayectoriaque reivindica la dimensión pública de la arquitectura y la vida en comunidad. Nacido en la República Popular China en 1945, el 53º ganador del Premio Pritzker de Arquitectura se radicó en Yokohama poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. En 1968 se graduó de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Nihon y completó una Maestría en Arquitectura en la Universidad de las Artes de Tokio. Fundó su estudio, Riken Yamamoto & Field Shop, en 1973.
Para Yamamoto, todo edificio tiene una función pública incluso si es privado. Es decir, reconsidera los límites entre los ámbitos público y privado como oportunidades sociales, comprometiéndose con la creencia de que todos los espacios pueden enriquecer y servir a la consideración de toda una comunidad y no solo de quienes los ocupan.
El noveno arquitecto japonés en recibir este reconocimiento (ver pág 13) deconstruye las nociones tradicionales de libertad y privacidad; y rechaza las consideraciones de larga data que han “reducido la vivienda a una mercancía sin relación con los vecinos”.
“El enfoque arquitectónico actual enfatiza la privacidad, negando la necesidad de relaciones sociales. Sin embargo, aún podemos honrar la libertad de cada individuo mientras vivimos juntos en un espacio arquitectónico como una república, fomentando la armonía entre culturas y fases de la vida”, declaró el premiado.
En sus obras, Yamamoto resignifica el umbral entre la vida pública y la privada buscando un valor social en cada proyecto. Lo hace fomentando, por ejemplo, los lugares para encuentros casuales entre los usuarios.
Así lo fundamentó el jurado del Premio: “En su larga, coherente y ri
gurosa carrera, Riken Yamamoto ha logrado producir arquitectura como fondo y primer plano de la vida cotidiana, desdibujando los límites entre sus dimensiones pública y privada y multiplicando las oportunidades para que las personas se encuentren espontáneamente, a través de estrategias de diseño precisas y racionales”.
“Su objetivo, entonces, es dignificar, mejorar y enriquecer la vida de las personas (desde niños hasta ancianos) y sus conexiones sociales”, en palabras del jurado. Lo hace a través de “una arquitectura autoexplicativa pero modesta y pertinente, con honestidad estructural y escala precisa, con cuidadosa atención al paisaje del entorno”.
Estas ideas se expresan claramente a través de estructuras modulares, formas simples y espacios sin funciones predeterminadas que permiten a las personas dar forma a sus propias vidas dentro de ellos.
Recursos e influencias
“Yamamoto desarrolla un nuevo lenguaje arquitectónico que no solo crea espacios para que vivan las familias, sino que crea comunidades para que las familias vivan juntas -expresa Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, que patrocina el premio-. Sus obras están siempre conectadas con la sociedad”.
En los proyectos de vivienda, el arquitecto incorpora elementos relacionales para asegurar que los residentes, incluso los que viven solos, no vivan aislados. El complejo Pangyo Housing en Seongnam (República de Corea, 2010), con nueve bloques de viviendas de poca altura, posee una serie de volúmenes que catalizan la interconexión entre vecinos; más una terraza comunitaria, en el segundo piso, que presenta espacios de reunión y de juego, con jardines y puentes que conectan un bloque de viviendas con otro.
“Una de las cosas que más necesitamos en el futuro de las ciudades es crear condiciones a través de la arquitectura que multipliquen las oportunidades para que las personas se reúnan e interactúen. Al desdibujar cuidadosamente la frontera entre lo público y lo privado, Yamamoto contribuye positivamente más allá del mandato para habilitar a la comunidad”, afirma Alejandro Aravena, presidente del jurado. “Es un arquitecto tranquilizador que aporta dignidad a la vida cotidiana. La normalidad se vuelve extraordinaria. La calma conduce al esplendor”, agrega quien fue reconocido con el Pritzker en 2016.
Durante los primeros años de su carrera, Yamamoto viajó a través de países y continentes junto a su mentor, Hiroshi Hara, buscando comprender comunidades, culturas y civilizaciones.
En 1972 recorrieron juntos la costa del mar Mediterráneo visitando Francia, España, Marruecos, Argelia, Túnez, Italia, Grecia y Turquía. Dos años después visitó desde Los Ángeles a México, Guatemala, Costa Rica y Colombia para llegar a Perú. También recorrió Irak, India y Nepal. Concluyó que la idea de un “umbral” entre los espacios públicos y privados era universal. “Las aldeas eran diferentes en su apariencia pero sus mundos, muy similares”.
Sus producciones iniciales fueron