Arquitectura joven que prioriza la calidad espacial
Con sede en Tucumán, el estudio diseña y ejecuta viviendas y edificios en los cuales no escatiman metros cuadrados para la expansiones.
Argentina cuenta con excelentes arquitectos que van dejando su impronta a lo largo y ancho del país. Y cada provincia se destaca por la obra de sus arquitectos protagonistas, como es el caso de Plural Arquitectos en Tucumán.
En 2007, Luis Ávila, Pilar Navarro, Sebastián Roldán y Gabriel Wajnerman fundaron este estudio de jóvenes profesionales priorizando el saber colectivo y el trabajo en equipo. Estas fueron las premisas clave de su formación, en los talleres de la facultad de Arquitectura y Urbanismo de UNT, donde cursaron la carrera juntos. De esa trayectoria compartida, y de la camaradería universitaria surgió el nombre Plural arquitectos.
Actualmente, el estudio está dirigido por Navarro y Roldán, en el desarrollo y ejecución de proyectos; y por Ávila, en el sector inmobiliario. “Nos definimos como un equipo multidisciplinario con espíritu crítico, buscando una arquitectura apropiada al contexto”, cuenta Roldán.
La obra de Plural refleja la trayectoria académica, profesional y personal de sus cuatro socios, quienes, después de recibidos -en 2006-, trabajaron durante cuatro años en el estudio tucumano Atrio Arquitectura.
“Formar parte de Atrio nos permitió crecer como profesionales de manera conjunta y a su vez desarrollarnos individualmente. Cada uno estaba a cargo de un proyecto en su totalidad, por eso esta experiencia laboral fue una muy buena escuela que nos fogueó en la inserción al mundo profesional independiente”, recuerda Roldán.
En paralelo al trabajo y crecimiento del propio estudio, cada uno profundizó sus conocimientos y sumó saberes en diferentes áreas de la arquitectura y el urbanismo, principalmente en el estudio y desarrollo de la vivienda colectiva.
Sebastián es también docente adjunto en Taller de Proyecto Arquitectónico de la cátedra Combes, de la FAU UNT. Asegura que “la docencia nos ayudó a ver cómo los edificios tienen repercusión en la ciudad”. Hoy buscan definir sus edificios por el impacto que producen en la ciudad y no solo como objetos arquitectónicos.
El recorrido académico de cada uno fue nutriendo el know how del estudio: fueron sumando saberes y
aprendizajes que hoy definen la estética y la lógica proyectual que los caracteriza. Durante los años en estudio Atrio incorporaron la importancia de pensar el proyecto desde el diseño y cálculo estructural, algo fundamental en las estructuras que se edifican en Tucuman debido a la alta probabilidad de sismos que hay en la zona. Esto le da un peso compositivo muy importante al sistema estructural dentro del proyecto, y en lugar de intentar disminuir su impacto visual, en estudio Plural se basan en el diseño de la estructura como eje directriz de la espacialidad y morfología del proyecto.
Pilar y Sebastián coinciden en que posiblemente el trabajo más difícil es convencer a los inversores de ceder metros cuadrados cubiertos a los espacios exteriores. Insisten en que hay que cambiar el foco, dejar de pensar en el metro cuadrado como una cifra monetaria y entender que al reducir un poco la superficie de la vivienda para sumar expansiones de calidad, ayudan también a incrementar el valor de mercado.
Desde sus primeros encargos, pero sobre todo después de haber transitado una pandemia que nos obligó al confinamiento en nuestras casas, en el estudio destinan al menos un 20% de los metros cuadrados construibles al diseño de expansiones de las viviendas, incorporando importantes vacíos en los edificios. En este sentido las unidades de vivienda que proyectan ofrecen una relación directa entre las áreas de estar y los balcones o terrazas.
“Rompemos con el típico balcón lineal. Trabajamos los espacios de desborde como extensión del espacio interior donde transcurre la vida cotidiana. Para esto planteamos un tridente conformado por la cocina, el estar-comedor y la terraza”, explicana su vez, los balcones funcionan como un nexo entre lo privado y lo urbano, entre la vivienda y la ciudad.
Actualmente forman parte del equipo de trabajo estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán y de universidades europeas, mediante convenios de intercambio. En total son doce personas que integran las áreas de proyectos de arquitectura, urbanismo e inmobiliario, dirección y gestión de obra, y administración y conducción. Gabriel, por su parte, dejó el estudio en 2019.
Al empezar cada proyecto intentan recrear entre todos la dinámica del taller de arquitectura de la facultad, realizando breves workshops internos donde todos pueden participar con sus opiniones. En esta primera instancia, realizan croquis a mano alzada y maquetas de estudio para tener una aproximación más blanda al proyecto antes de pasar a una etapa más definitoria de materialidad, dimensiones y resoluciones técnicas.
Posteriormente la documentación se desarrolla en Vectorworks y Sketchup, y a futuro se proponen incorporar el desarrollo de modelado BIM. Como punto de partida toman el emplazamiento del proyecto donde se analizan qué factores lo caracterizan, cuales lo limitan y las posibles potencialidades. Con toda esta información y estudio del sitio se avanza incorporando los requerimientos del comitente y los del códigos de edificación para luego definir el carácter del proyecto, estructura y materialidad.
En la Casa El Corte, el edificio 25 Casa Cobre, el edificio Dakar y en el masterplan Perón de Yerba Buena, se ve claramente plasmada la ideología del estudio: un sistema estructural como punto de partida proyectual, el tridente cocina-estar-terraza que prioriza los espacios de expansión, y la valorización del vacío por sobre el lleno edilicio y urbano. «
Cuando se habla de hacer arquitectura se suele pensar que radica en el mero hecho de edificar algo -un macizo, un lleno-, pero la realidad es que es un concepto mucho más abarcativo, incluso podríamos decir que se define por ser justamente lo opuesto, por ser el negativo del lleno.
Aquellos que realmente han demostrado saber afinar la punta del lápiz son quienes proyectan desde el vacío en lugar de desde el lleno. Al igual que dice la famosa frase de Le Corbusier, “la naturaleza se hace paisaje cuando el hombre la enmarca”, lo construido cobra valor en tanto valoriza los vacíos que conforma. Los arquitectos Pilar Navarro y Sebastián Roldán son fieles seguidores de esta premisa y han demostrado a lo largo de su trayectoria que el diferencial de sus proyectos está en la importancia morfológica y compositiva que cobra el vacío en todos ellos.
Un claro ejemplo es el edificio 25 Casa Cobre, que mediante un juego de volúmenes de hormigón conforma terrazas en doble altura que pasan a convertirse en un ambiente más de los departamentos. La fachada es una composición rítmica entre los llenos y vacíos de estos espacios exteriores. Otro caso es la fachada del edificio CPA, donde la planta baja se retira de la línea de edificación hasta el tercer piso, generando una plaza de acceso desde un vacío urbano. Saber calibrar los vacíos para generar espacios de calidad que hagan un aporte a la vida de los usuarios, tanto en lo privado como a escala urbana, posiblemente sea el mayor diferencial de esta dupla de arquitectos.