CUANDO LA NATURALEZA Y LA ARQUITECTURA CONVIVEN EN ARMONÍA
Casa La Horqueta. Ubicada en San Isidro y diseñada por el estudio LSA, emerge como una obra que abraza el espacio con audacia y sutileza.
“La arquitectura es una danza entre la creatividad y los desafíos que dan forma a la percepción del espacio”. Así la conciben en el estudio LSA, de los arquitectos Martín Lattes y Alejo Salinas. “Casa La Horqueta emerge como una obra que abraza la luz y el espacio con audacia y sutileza”, dicen sobre este proyecto.
Ubicado en la San Isidro, desafía las convenciones preestablecidas y brinda una perspectiva inspiradora de cómo los obstáculos pueden transformarse en oportunidades.
El desafío primordial de este emprendimiento residía en la luz natural. La orientación y la ubicación entre medianeras podrían haber supuesto una limitación, pero los arquitectos pudieron resolverlo.
El resultado es “una coreografía de luz que ilumina cada rincón de la casa durante el día”. El elemento central de esta danza es un patio interno, un oasis en medio de la arquitectura que actúa como un foco de luz .
La escalera, una pieza clave en este rompecabezas arquitectónico, supera su función práctica y se convierte en un elemento decorativo que flota sobre el patio central. Esta escalera es un enlace entre niveles, pero también una pasarela hacia la experiencia del espacio y la luz.
El generoso ventanal que la acompaña, sin divisiones que lo interrumpan, provoca una experiencia de fluidez entre el interior y el exterior, creando una espacialidad.
La planta baja se organiza alrededor de este patio verde. El living comedor se abre sin reservas a la galería abriendo las aberturas en su totalidad, logrando una fusión entre los espacios interiores y exteriores que desdibuja los límites.
El estar, un lugar de serenidad, goza de una conexión directa con el exterior y ofrece vistas panorámicas a la piscina, permitiendo que la naturaleza y la arquitectura coexistan en perfecta armonía.
En la planta alta, tres dormitorios y una suite principal generan un juego de volúmenes y materiales. La suite se destaca por un audaz volumen de hormigón que parece desafiar la gravedad. “Sostenido por una viga revestida en madera, no solo es una maravilla estructural sino también una declaración de diseño”, aseguran los autores.
El desafío de la estructura no se limita a la planta alta. La baja también se convierte en un logro ingeniería, con una galería sin columnas que parece flotar en el aire. El proyecto se esfuerza por lograr una continuidad espacial, permitiendo que el interior y el exterior se fundan.
La estética minimalista es la paleta elegida para esta obra. Materiales nobles como el hormigón armado en forma de tablas y madera natural e hierro resaltan la elegancia de las formas simples. La paleta de colores naturales se fusiona con el entorno, otorgando calidez y pertenencia.
La fachada principal, enigmática y reservada, no devela el interior, sino que permite entrever el revestimiento de madera que recorre los muros de la planta baja, culminando en una puerta abrazada por el volumen de hormigón que alberga el espacio del escritorio.
Sin embargo, al cruzar el umbral, los ocupantes son recibidos por una singular espacialidad que cautiva los sentidos.
LSA es un estudio de arquitectura fundado en 2014 en San Isidro, que se dedica a diseñar, dirigir y materializar proyectos que reflejan la pasión por la simplicidad y la creatividad.
La filosofía de diseño se centra en crear espacios con una lectura simple y clara, donde la conexión con la naturaleza y la relación con el verde son elementos fundamentales. «